Bullying
Sentarse con los testigos silenciosos del acoso escolar y prestarles más atención es la línea de trabajoPexels

Atajar el acoso escolar: sentarse con los testigos silenciosos

Hay programas de intervención para que estudiantes aprendan a resolver conflictos, enseñándoles habilidades sociales

Sentarse con los testigos silenciosos del acoso escolar y prestarles más atención es la línea de trabajo que está ganando hoy terreno para prevenir este maltrato, en lugar de una visión "más tradicional de tipo clínico o individual centrada en el agresor y la víctima".

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El bylling o acoso escolar es un comportamiento agresivo e indeseado entre niños de edad escolar, que se caracteriza por una diferencia real o percibida del desequilibrio de poder. Este comportamiento puede ser repetitivo o bien ocurrir una sola vez pero de forma contundente.

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Si bien el acoso escolar tiende a ser físico y fácil de reconocer, también puede darse de forma encubierta y silenciosa, a través de rumores o mediante el Internet o celulares, causando igual de daño emocional.

El bullying o acoso escolar parece extenderse, quizás por la aparición del ciber-bullying en los últimos años. "Los efectos en las víctimas varían de la disminución de la autoestima, la baja del desempeño escolar, la depresión, el abandono escolar, a las ideas e incluso actos suicidas. Su prevalencia como su gravedad constituyen un problema de las sociedades que exige la movilización de diversos actores no solo para la intervención, también para la prevención", manifiesta Paulina López, psicóloga y experta en menores de edad.

acoso escolar
El acoso escolar también puede darse de forma encubierta y silenciosaPexels

CAUSAS

En la raíz de los comportamientos del bullying está la creencia ilusoria, pero ampliamente repartida incluso en adultos, de que la rivalidad tiene que ver con que el otro tiene que ser inferior para que yo pueda tener éxito o pueda surgir.

Los profesores no tienen acceso a las redes en las que participa el alumnado, pero los chicos sí pueden informar de los problemas que surgen en las redes sociales

David Álvarez

psicólogo y profesor universitario

Las conductas de bullying están arraigadas en el tejido de nuestra cultura, lo que permite que los niños puedan aprenderlo desde una temprana edad. Generalmente, la intolerancia y la discriminación dan lugar al acoso escolar o bullying, en lugares en los que los niños son confrontados con diferencias sociales o raciales entre ellos tiende a ser más marcados los comportamientos de acoso.

 "Y cuando estas diferencias disminuyen entre ellos, tienden a referirse a otras características como generar el antagonismo. Factores como la agilidad física, la inteligencia, la apariencia, la popularidad, los hábitos se convierten rápidamente en razones para diferenciar a un grupo de otro separar a los que tienen de los que no tienen, de modo que sea fácil para ciertos niños llamar la atención de estas diferencias y acentuarlas mediante la burla y el acoso de los que juzgan en desventaja", explica López

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¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE EL BULLYING?

El bullying puede afectar la salud física de la víctima, con efectos inmediatos como daño físico, pero también efectos a largo plazo, como dolores de cabeza, trastornos de sueño o somatización. Los síntomas relacionados con el estrés o la ansiedad ocasionados por el bullying incluyen:

  1. Trastornos del sueño
  2. Problemas gastrointestinales
  3. Dolores de cabeza
  4. Palpitaciones
  5. Dolor crónico
  6. Sensación de cansancio para hacer cosas.
  7. Sentimientos de soledad
  8. Miedos
  9. Pérdida de autoestima
  10. ´Poca confianza en sí mismo/a y en los otros

El 45 % del alumnado de secundaria no actúa ante el acoso

En el caso de la etapa de secundaria, con una muestra superior a los 3.000 estudiantes, "nos llamó la atención que un 5,6 % se uniera al maltrato y un 45 % respondiera que no hizo nada". Dentro del abordaje de este problema se trata de "hacer ver que la violencia no es una manera normal de relacionarse, por ejemplo saludar a un compañero con un golpetazo en la espala o llamarle por un mote. Una idea muy básica es que las formas agresivas no son formas de interactuar aunque estén normalizadas", argumenta David Álvarez, psicólogo y profesor universitario.

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El grupo de investigación de Álvarez desarrolla programas de intervención para que los estudiantes aprendan a resolver conflictos, enseñándoles habilidades sociales que les ayuden a relacionarse de modo adecuado.

Otra de las líneas de trabajo consiste en fomentar el papel de los cibermediadores: "Los profesores no tienen acceso a las redes en las que participa el alumnado, pero los chicos sí pueden informar de los problemas que surgen en las redes sociales, por ejemplo si han quedado para pegarse. Al final la "etiqueta de chico malo" acentúa el problema y hace que se vayan consolidando patrones inadecuados de relación con el resto de compañeros, concluye el psicólogo.

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