Atención al cuidado de sus oídos
Algunas actividades diarias intensificarían la pérdida auditiva. Niños y adultos tienen el mismo riesgo.
Raquel, de 29 años, solía escuchar música en alto volumen con sus audífonos casi todo el día. En cierta ocasión, comenzó a sentir ligeros zumbidos en sus oídos y a notar que cuando estaba en un lugar ruidoso, se le dificultaba escuchar con claridad lo que las demás personas decían.
Preocupada por estas molestias, decidió consultar a un médico, quien luego de examinarla le informó que la audición de su oído izquierdo había disminuido un porcentaje.
Al igual que ella, existen miles de personas que no nacieron con un problema congénito de audición pero cuya salud auditiva se ha ido deteriorando con el pasar de los años, por diversos factores. Así nos lo explica la otorrinolaringóloga Loira Ronquillo.
Según la especialista, no solo las personas de la tercera edad pueden sufrir este problema, como se creía anteriormente, sino también niños, jóvenes y adultos. “No hay una edad específica”, recalca la experta.
Posibles causantes
Influyen factores genéticos, congénitos y adquiridos. En el caso del último, incide: Usar de forma prolongada auriculares para oír música a volumen alto.
- Permanecer en ambientes de mucho ruido sin usar ninguna protección.
- Tomar ciertos medicamentos como los antibióticos aminoglucósidos (sin prescripción médica o en dosis inadecuadas).
- Haber sufrido traumatismos o golpes en la cabeza.
- Tener enfermedades bacterianas o procesos infecciosos que afectan el oído .
- Estar expuesto a quimioterapias o radioterapias.
Señales de alerta
- Se le dificulta comprender lo que las personas le dicen y pide que le repitan las frases.
- Percibe que los demás están murmurando o hablando en un tono muy bajo, pero ellos le indican que no es así.
- Escucha menos al hablar por teléfono y necesita colocar el celular en el otro oído.
- Sube el volumen del televisor o la radio mucho más de lo que lo hacía antes.
- Tiene zumbidos y dolor de oídos.
Recomendaciones
- No utilice audífonos intracanales por más de 40 minutos al día. Estos deben ser usados hasta con el 40 % de su volumen máximo. Una opción más viable son los auriculares que cuentan con almohadillas externas.
- Jamás introduzca nada en el conducto auricular interno (como cotonetes, vinchas o plumas). Si desea limpiar sus orejas, puede hacerlo por fuera con un pañito húmedo. El cerumen atrapa e impide que el polvo, las bacterias y otros microorganismos dañen su oído.
- Use protectores contra el ruido en lugares con excesiva bulla.
- Evite tener golpes en la cabeza.
Chequeos rutinarios
Para la detección temprana de esta u otras dolencias en esta zona, ambas expertas recalcan la importancia de realizarse anualmente exámenes auditivos (como la audiometría, logoaudiometría, timpanometría o acufenometría en el caso de tener zumbidos), tanto los niños como los adultos. En los menores de cinco años, se aconseja otros estudios, como otoemisiones acústicas y timpanometría, para descartar cualquier anomalía. “En los recién nacidos no puede faltar el tamizaje auditivo para saber si escucha o no desde su nacimiento”, añade Ronquillo.
En caso de existir sordera leve, moderada o severa, el especialista podría recomendar el uso de audífonos, que se gradúan con base en un examen audiológico para cada paciente. De no hacerlo, esta deficiencia podría agravarse con el paso del tiempo.
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Leer másImpacto emocional
Johanna Morales, especialista en audiología y docente de Terapia de Lenguaje en la Universidad de Guayaquil, explica que este problema podría causar que el paciente se aísle socialmente al sentirse mal por no lograr entender a plenitud lo que los demás dicen. Durante este proceso es clave contar con apoyo psicológico y emocional para lograr aceptarlo y sobrellevarlo de la mejor manera. “Esta afección hace que muchas personas tengan la sensación de angustia o desesperación”, enfatiza Morales.
Debe saber
Explica Morales que los bebés y los niños también podrían sufrir de pérdida auditiva debido a la deficiencia de hierro en la sangre, situación que impide una adecuada oxigenación sanguínea. “Muchas veces los padres no se dan cuenta a tiempo porque los menores empiezan a hablar al año. Sin una correcta audición, no existe un lenguaje eficaz y a largo plazo, y podrían tener obstáculos en su etapa de aprendizaje”, añade Morales.