Ballet ‘Giselle’, una noche para promover la danza

En estos días los titulares de la prensa de Vietnam recogen reseñas de lo que fue el regreso a las tablas en el teatro principal de la ciudad de Ho Chi Minh del ballet clásico ‘Giselle’. Mientras que el Festival Internacional de Ballet de La Habana, que se desarrolla en estos días en Cuba, anuncia para el 2 de noviembre a aquel clásico como el momento más importante de un evento que dura tres semanas y al que asisten compañías de varios países.

Guayaquil vive este fin de semana una experiencia similar. ‘Giselle’, la obra en dos actos que fue escrita en 1841 por Theophile Gautier y por Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges, tendrá una función de estreno en el Teatro Sánchez Aguilar.

A diferencia de Vietnam y Cuba, en donde los espectáculos de danza suelen realizarse en salas llenas, el caso de Guayaquil es particular, por eso, ‘Giselle’ implica un objetivo primordial: generar público.

“Es raro que en esta ciudad, con tantas escuelas de danza, no haya un público para este tipo de espectáculos”, afirma Jessica Abouganem, promotora del evento, una panameña radicada en Guayaquil, quien dirige la compañía y escuela En-Avant.

Esa ausencia de público dio alas a un proyecto que busca promover público. Este comprendía una serie de presentaciones gratuitas y en espacios abiertos. “Pensamos en el parque Jerusalén (Urdesa). Con esa idea buscamos apoyo de la empresa privada y acudimos hasta el señor Johnny Czarninski, de Corporación El Rosado. Fue a él que se le ocurrió que sean clásicos. Pensé en ‘Giselle’, pero su puesta en escena pedía un teatro. Él dijo que apoyaba la idea”. Así se financió la obra, cuya producción ronda los 50 mil dólares.

En enero se comenzó a trabajar. En agosto se lanzó una convocatoria abierta para completar el elenco. “Llegaron desde toda parte del país”, asegura Abouganem.

‘Giselle’ implica un elenco de 35 artistas. En síntesis, la considerada obra maestra absoluta del teatro de la danza del Romanticismo, narra la historia de una campesina que después de morir al verse engañada deviene en espíritu de los bosques.

El papel principal de la obra recae en el personaje de Giselle y en el de Loys, un hombre vestido de campesino que oculta su verdadera identidad: ser duque Albrecht.

“Estos roles están en manos de las primeras figuras del Ballet del Teatro de La Plata, Miguel Ángel Klug y Melisa Heredia”, menciona Abouganem, quien aclara que el maestro serbio Sasa Adamovic dejó diseñado el montaje de la obra en agosto.

Hasta la fotos promocionales implicaron un abordaje especial. Elías Aguirre trabajó durante varias jornadas para inmiscuirse en algunos procesos de la danza (clases y ensayos), hasta lograr la atmósfera que en su momento el artista Edgar Degas captó para sus cuadros en el siglo XIX.

“Giselle supuso un reto en todo sentido. Desde lo práctico hasta lo estético. No era solamente de pedir que sonrían para la cámara y despedirse. Era observar, esperar, estar alerta, y dejar que el resultado te sorprenda”, agrega Aguirre.