¿Qué tan beneficiosa es la interacción con pantallas digitales?

Los dispositivos digitales se han integrado profundamente en nuestra vida diaria, ofreciendo múltiples beneficios pero también presentando riesgos, especialmente para los más pequeños. Las empresas tecnológicas y los desarrolladores de aplicaciones han promocionado estos dispositivos como herramientas ‘educativas’ y de ‘aprendizaje electrónico’, aunque a menudo sin un respaldo científico sólido.

Algunos expertos están preocupados por el uso inadecuado de estos dispositivos electrónicos, que podría estar afectando negativamente el desarrollo cerebral de los niños. Según los especialistas, estos aparatos pueden influir en aspectos cruciales como la atención, el control motor, las habilidades lingüísticas y la visión, especialmente en niños menores de cinco años, que se encuentran en una etapa fundamental de su desarrollo cerebral.

Inquietudes históricas

La preocupación por los nuevos medios no es una novedad. Hace casi 2.500 años, Sócrates ya advertía sobre los riesgos de la escritura, temiendo que pudiera deteriorar la memoria y el conocimiento. En el siglo XV, la invención de la imprenta generó un pánico moral similar, con monjes benedictinos que se oponían a las impresoras mecanizadas por temer que destruyeran el valor del trabajo manual. Más recientemente, la radio también fue criticada por distraer a los niños de sus estudios.

Pocas tecnologías han invadido nuestras vidas de manera tan sigilosa como los ordenadores portátiles, especialmente los teléfonos inteligentes y las tabletas. Estos dispositivos, diseñados para ser manejados fácilmente por los niños, permiten una variedad de actividades: ver videos, jugar, dibujar y comunicarse con familiares distantes. En 2011, un año después del lanzamiento del iPad, solo el 10% de los niños estadounidenses menores de dos años había utilizado estos dispositivos. Para 2013, esa cifra había aumentado casi cuatro veces. Un estudio en Francia en 2015 reveló que el 58% de los menores de dos años había utilizado una tableta o un teléfono móvil

Recomendaciones de expertos

A pesar de esta tendencia creciente, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) ha mantenido una postura cautelosa, recomendando que los niños menores de dos años no pasen tiempo frente a una pantalla y que los mayores no superen las dos horas diarias de uso.

Los expertos en desarrollo infantil coinciden en que el tiempo pasivo frente a una pantalla -como poner a un niño frente a un dispositivo para ver una maratón de Peppa Pig- puede ser entretenido, pero no proporciona una experiencia de aprendizaje enriquecedora. Además, se ha demostrado que el tiempo excesivo frente a la televisión reduce la interacción entre padres e hijos, lo que afecta negativamente el desarrollo del lenguaje. Este desplazamiento es significativo: si los niños están bajo el cuidado de niñeras que también están frente a una pantalla, se pierden oportunidades valiosas para interactuar con sus cuidadores y explorar el mundo físico.

El día tiene un número limitado de horas, y el tiempo dedicado a las pantallas resta oportunidades para participar en otras actividades potencialmente más beneficiosas. "Los padres deben pensar estratégicamente", afirma el pediatra Dimitri Christakis, director del Centro de Salud, Conducta y Desarrollo Infantil del Instituto de Investigación Infantil de Seattle.

Para los niños menores de tres años, es crucial mantener un equilibrio de actividades que incluya juegos guiados, exploración del entorno natural, manipulación de juguetes físicos y socialización con otros niños y adultos. A medida que aumenta el tiempo frente a las pantallas, disminuye el tiempo disponible para estas experiencias esenciales.

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