
De emergencia a esperanza: así reconstruye CAEMBA comunidades con dignidad y bambú
Fundación Raíz CAEMBA no solo reconstruye hogares, sino también sueños, dignidad y tejido social
Lo que nació como una reacción urgente al terremoto de 2016 en la costa ecuatoriana, se transformó en una propuesta estructurada de desarrollo comunitario sostenible. Fundación Raíz CAEMBA, cuyo programa insignia son las Casitas Emergentes de Bambú, ha levantado más que hogares: ha construido dignidad, oportunidades y futuro para millas de familias que antes solo conocían la precariedad.
Los rostros visibles detrás de este ambicioso proyecto son Cristina Latorre y Manuel Pallares, quienes fundaron la organización con el propósito de convertir el dolor de una tragedia nacional en un punto de partida para el cambio. "Desde aquel 16 de abril, decidimos no quedarnos de brazos cruzados. El bambú se convirtió en nuestro símbolo de resiliencia, porque, como él, nuestras comunidades también pueden volver a levantarse", afirma Carolina Rodas, vocera de la institución.
Una historia que florece desde la raíz.
La fundación nació en medio del caos. Mientras miles de familias perdían sus hogares, Fundación Raíz CAEMBA propuso una alternativa inmediata pero digna: viviendas de bambú, sostenibles, seguras y adaptadas a las condiciones del entorno. Lo que comenzó como una respuesta emergente, evolucionó en una filosofía de reconstrucción con enfoque humano y de género.
Desde entonces, la organización ha logrado construir más de 650 casas de bambú, 300 albergues temporales, centros comunitarios, 80 biofiltros de agua segura, más de 15 pozos con energía solar, e intervenciones con impacto directo en cinco nacionalidades indígenas. Todo esto, con una fuerte participación de mujeres como agentes de cambio.
Rodas lo resume así: "CAEMBA no solo entrega una casa. Entrega herramientas para que las familias construyan un nuevo futuro, desde su propia comunidad, con dignidad y autonomía".
Más que casas: un modelo de desarrollo integral
La Fundación trabaja principalmente en zonas de extrema pobreza en Esmeraldas, beneficiando prioritariamente a mujeres cabeza de hogar, madres solteras y comunidades desplazadas. Además de viviendas, CAEMBA implementa proyectos sociales como Casas de la Mujer, centros comunitarios, espacios culturales y deportivos. Programas como Deportes por la Vida combinan prevención de violencia, disciplina y formación en valores para niñas, niños y adolescentes.
En total, la Organización No Gubernamental ha impactado directamente a más de 10.000 personas, y de manera indirecta a millas más. "Cada proyecto tiene rostro, tiene historia. Nos involucramos con las comunidades porque creemos que el cambio verdadero ocurre cuando hay conexión, no solo ejecución", explica Rodas.
Una comunidad de voluntades
El impacto de CAEMBA no sería posible sin su comunidad de aliados: familias donantes, empresas, instituciones educativas y una red de jóvenes voluntarios conocida como CAEMBA Youth . Esta red organiza campañas anuales para recaudar fondos y construir casas para quienes más lo necesitan.
“Para ser parte de esta causa no hace falta tener un título, solo el deseo de ayudar”, comenta Rodas. Las personas interesadas pueden sumarse como voluntarios, donantes o aliados estratégicos, ingresando a www.raiz-caemba.org o escribiendo a info@fundacionraizec.org .
El nuevo desafío: Same-Tonchigüe Próspero
Actualmente, la ONG lidera uno de sus proyectos más ambiciosos: Same-Tonchigüe Próspero, un modelo integral de desarrollo comunitario en las parroquias Same y Tonchigüe (Esmeraldas). El plan contempla la construcción de 150 viviendas sostenibles, centros comunitarios, Casas de la Mujer, espacios deportivos y la instalación de 500 biofiltros de agua segura.
El componente innovador del proyecto incluye la legalización de tierras con enfoque de género, para que las mujeres puedan acceder a una verdadera independencia patrimonial.
Este modelo le valió a la fundación el prestigioso Global Innovation Challenge 2024 de la Citi Foundation, convirtiéndola en la primera organización ecuatoriana en recibir este galardón internacional. “Este reconocimiento no es solo para nosotros, es para cada madre, cada niño, cada comunidad que creyó que era posible reconstruirse desde las raíces”, sostiene emocionada Carolina Rodas.
Un futuro que sigue creciendo
El objetivo a largo plazo de Fundación Raíz CAEMBA es replicar este modelo en otras zonas vulnerables del país, consolidando alianzas entre el sector público, privado y comunitario. “Queremos que más familias accedan no solo a una casa, sino a una vida digna, con oportunidades, esperanza y autonomía”, concluye Rodas.
Lo que comenzó entre escombros hoy florece con fuerza. Como el bambú que resiste y crece; la organización sin fines de lucro sigue levantando historias de esperanza en cada rincón del Ecuador.
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