El poder de cambiar: rompiendo patrones para una vida mejor
Podemos cambiar y mejorar cada día, romper patrones negativos y avanzar hacia una vida plena con decisiones consientes
“Así nací y no voy a cambiar”. ¿Cuántas veces hemos oído esa frase en medio de una conversación acalorada? O, peor aún, ¿cuántas veces la hemos dicho? ¿Cuántas veces hemos usado esa muletilla para mantener conductas tercas y nocivas frente a una persona que espera una transformación por mínima que sea? Nosotros mismos nos condicionamos y nos limitamos con palabras que nos encierran en una práctica perjudicial.
Pero, ¿por qué es perjudicial decir que no podemos cambiar y que lo malo que tenemos es innato? Porque todos los días podemos mejorar, podemos cambiar de opinión y dejar sesgos. Pero sobre todo, porque podemos romper patrones negativos para que no los traslademos a las próximas generaciones.
Sí, podemos cambiar lo negativo de la vida porque todos los días tenemos una nueva oportunidad. Si somos padres, por ejemplo, lo desagradable de nuestra infancia no debe llegar a nuestros hijos. Cortar el hilo es importante para mejorar a la sociedad.
Pero incluso podemos cambiar lo que no es negativo. Es decir, también estamos en capacidad de mejorar lo que está bien para alcanzar esa vida plena que todos anhelamos.
Ahora, el siguiente reto es definir cómo seleccionar eso que queremos cambiar. Distinguir lo que nos afecta puede ser complejo porque hemos llevado esas cargas negativas durante décadas en nuestras vidas.
¿Qué podemos cambiar?
Este es un tip sencillo que te puede ayudar en esa tarea: ¿hay algo en tu vida que te molesta internamente? ¿Algo que te atormenta? Trabaja en cambiar eso de a poco, un día a la vez. No seas duro cuando recaigas en el comportamiento destructivo.
También pregunta a los que más quieres si algún comportamiento tuyo les duele y afecta, y analiza si puedes mejorarlo. Ojo, no se trata de hacer lo que otros digan, pero si de cuidar a los que te rodean.
Tu comportamiento es solo tuyo y mejorar está únicamente en ti. Tus decisiones moldean al ser humano que quieres ser.
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