Carmen Correa: “La moda es transmitir lo que uno es”
Su amor por la sustentabilidad y lo autóctono rige cada uno de sus pasos en el diseño. Trabaja para ser un referente creativo a nivel internacional.
Desde su hogar en Nueva York y a una hora de diferencia con Ecuador, Carmen Correa conversó con SEMANA y desempolvó sus recuerdos sobre cómo inició su camino en la industria de la moda y por qué le apasiona impulsar el consumo sustentable a través de sus creaciones y estilo de vida.
A sus 35 años, la creativa ecuatoriana es reconocida como una diseñadora de carteras que ha logrado internacionalizar el talento nacional, al priorizar el uso de materiales locales sin dejar de lado la calidad.
Extrovertida como nadie
Desde pequeña marcó su estilo. Relata que en el colegio se vestía de forma diferente a las demás niñas porque llevaba sus ideas a la costurera para que hicieran sus propios diseños. “Esa era la forma de expresarme creativamente. Por ejemplo, cuando comenzaron a usarse los pantalones acampanados, yo los hacía con telas de diversos colores y así me entretenía. Ahora, al ver las fotos siento que lucía como payaso”, recuerda entre risas.
Después de terminar el bachillerato viajó a Milán para hacer un diplomado en Diseño de Moda en el Instituto Marangoni, posteriormente estudió Marketing y Publicidad y luego fue a la Escuela de Diseño Parsons en la ciudad de Nueva York para capacitarse en Marketing de Moda.
Orgullo por Ecuador
Al finalizar sus estudios, regresó al país e identificó que la moda local no estaba tan evolucionada como en los lugares donde se capacitó. Sin embargo, hace aproximadamente cinco años se animó a confiar en su talento y junto a Laura Carrión, amiga y ahora socia, crearon Kon-dor, su primer emprendimiento enfocado en carteras de alta calidad con tejidos hechos por ecuatorianos.
“Nuestra idea fue crear una marca que pueda competir en el mundo y apoyar a los artesanos locales”, dice Carmen. Además, lo que caracteriza cada pieza que esta creativa elabora, es que no busca seguir una tendencia efímera, sino convertirse en el accesorio atemporal que toda mujer puede usar en cualquier momento y mantenerse en perfecto estado durante años.
¿Por qué se llama Kon-dor? Carmen explica que querían un nombre que fuese un símbolo autóctono ecuatoriano, y para ella el cóndor es un ave que simboliza poder y virtud, y “tras él existen muchas leyendas con un significado muy bonito”. Su insignia es siempre buscar la forma de aportar a diferentes causas sociales por medio de sus colecciones de moda. En el pasado han hecho donaciones a la Fundación Reina de Quito para ayudar a niños con síndrome de Down.
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Sus creaciones se venden a nivel internacional y aunque comenta que a través de los años ha tenido gran aceptación por fashionistas de todo el mundo, su mayor objetivo es llegar cada vez a más personas y así representar a Ecuador de la mejor manera. “Al inicio se cometieron errores, pero ahora creo que hemos logrado aprender más. Muchas personas no se animan a iniciar por miedo, pero la verdad es que te vas a equivocar mil veces… y eso está bien porque es la única forma de aprender”, recalca.
Pasión por lo vintage
Para Carmen, entre más antigua sea una prenda, mucho mejor. Su amor por la sustentabilidad y el cuidado por el ambiente hace que su armario se caracterice por contar con un vestuario vintage (hecho hace mínimo 20 años). “Lo que me encanta de esta ropa es que tiene historia, realmente te preguntas quién lo habrá usado y en qué época y te trasladas a ese momento específico… busco que cada pieza sea especial y única”.
Respecto a su estilo en la moda, se visualiza como una ‘rock star’ que le gusta el grunge (subgénero del rock alternativo). Entre sus proyectos cercanos está crear en Nueva York la tienda en línea Casa Privada, en donde junto a su amigo Melchor puedan vender vestuario vintage a fashionistas de todo el mundo.
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Leer más“Prefiero invertir $ 200 en una pieza de un diseñador que le ha puesto amor a cada uno de sus trabajos a gastar $ 20 por diez cosas hechas en China. Creo que a veces uno se llena de artículos que no necesita y los compra solo por el precio”, afirma.
Sabe que su camino para crecer en la moda aún continúa, y está segura que una de las claves para lograrlo es la colaboración entre diseñadores porque “en Ecuador y el mundo lo mejor, en vez de competir, es apoyarse”.
El océano, su todo
Aunque vive en la ajetreada ciudad de Nueva York, cada vez que está junto al océano es cuando se siente plenamente feliz. Es experta en buceo libre y lo que más le gusta del mar es que logra reforzar su amor por el cuidado ambiental. “Para mí es importante preservarlo, y para hacerlo hay que ser sustentable fuera de él. Por eso, como sé que la moda es una de las industrias más contaminantes, siempre me enfoco en lograr un pequeño cambio desde mi campo de acción”, sostiene.
Personal
- Reside en Nueva York.
- Estudió diseño de moda, marketing y publicidad; y marketing de moda.
- Es experta en buceo libre.