Una celebración rotaria con brindis virtual y nuevas obras

Fueron tiempos difíciles. Era mayo de 2000 cuando el Club Rotario Guayaquil Cerro Azul daba sus primeros pasos. Lo hacía en tiempos de lo que hoy llaman una pandemia económica causada por la dolarización. Veinte años después se enfrentan a otro desafío: dirigir sus esfuerzos a ayudar a los afectados por el avance del coronavirus.

El COVID-19 llegó a trastocar los planes que tenía este grupo que acaba de celebrar su aniversario y que es conocido por su aporte solidario. Sus miembros habían organizado un plan para trabajar en la recuperación de las playas. Con el proyecto iban a intervenir en 17 escuelas con 5.500 chicos, a quienes les enseñarían cómo desarrollar actividades de preservación y motivarlos a que ellos incentiven a sus padres y familiares a que no boten desechos en las playas.

“Se presentó esta situación (pandemia) y no hemos podido desarrollarlo, pero no lo hemos descartado, solo hicimos un pare”, explica Fabricio Vizhnay, presidente del club.

Los esfuerzos que iban a ser dirigidos a este plan ahora están destinados a la entrega de raciones de alimentos, también han intervenido en la compra de materiales para recuperar respiradores, por solicitud de la Gobernación del Guayas, además de ayudar con la estadía de técnicos que vinieron de Quito, lo que se ha logrado en alianza con otros clubes rotarios y con la empresa privada. También participaron en la compra de equipos de protección para médicos y enfermeras.

Seguirán en esa línea, pero hay algo que también les preocupa: lo que se vendrá en el aspecto económico.

Por eso, el club está trabajando en un plan post COVID-19. Sus miembros cuentan que la agrupación tiene cerca de 170.000 dólares invertidos en actividades de microcréditos que favorecen a decenas de mujeres de escasos recursos económicos, ayudándolas a financiar emprendimientos, con el apoyo de una fundación que se encarga de la administración del fondo.

Estos recursos rotan para dar oportunidad al desarrollo de proyectos. El objetivo actual es aumentar la cantidad de dinero para fomentar estos emprendimientos y así ayudar de alguna manera a quienes más lo necesiten.

Es la manera en la que celebran su aniversario número 20, aunque también quisieron hacerlo con un encuentro que salió del esquema tradicional y que esta vez se realizó desde las casas, pero con igual solemnidad y en la que vía Zoom participaron las máximas autoridades del rotarismo ecuatoriano.

Hubo brindis, discurso y el compromiso de sus 20 socios no detener su ayuda en momentos en los que el país atraviesa por una crisis sanitaria y económica. Seguirán colaborando en las áreas educativas y ambiental, además del fomento del emprendimiento.

El año pasado, uno de sus proyectos emblemáticos fue la realización de una carrera 5k con la que se logró entregar becas para niños con síndrome de Down.

En la historia de esta agrupación rotaria constan otros momentos difíciles en los que han prestado su contingente, como fue cuando se presentó el Fenómeno de El Niño y cuando se produjo el terremoto en abril de 2016.

Han instalado, además, plantas potabilizadoras de agua, han hecho gestiones para la pavimentación de carreteras y adecentaron una escuela. Y esperan realizar más obras.

• Su labor

El club se nutre con la autogestión. Desde que inició ha realizado actividades como obras de teatro, bingos, comidas criollas, espectáculos, carreras y firmas de convenios.