Problemas como prostatitis, hiperplasia benigna o incluso cáncer de próstata podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida y revisiones urológicas anuales.
Problemas como prostatitis o incluso cáncer de próstata podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida y revisiones urológicas anuales.ChatGPT

Los cinco hábitos que perjudican la salud de la próstata y que muchos desconocen

Evita estos cinco malos hábitos que pueden causar prostatitis, hiperplasia o incluso cáncer de próstata

La salud de la próstata es un aspecto fundamental en la vida de los hombres, especialmente a partir de los 40 años. Sin embargo, muchas veces se ve afectada por costumbres que pasan desapercibidas, pero que pueden tener consecuencias graves como prostatitis, hiperplasia benigna e incluso cáncer.

1. Consumo excesivo de alcohol

El alcohol no solo daña el hígado, también afecta el sistema urinario. Beber en exceso irrita la vejiga, provoca inflamación y puede aumentar la frecuencia urinaria, un síntoma común en quienes padecen problemas prostáticos.

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Además, el alcohol deshidrata el cuerpo, lo que afecta la calidad de la orina y genera más presión sobre la próstata. Para contrarrestar estos efectos, se recomienda moderar su consumo y optar por líquidos beneficiosos como el agua, jugos naturales o infusiones antiinflamatorias.

2. Dieta rica en grasas procesadas

Lo que comemos tiene un impacto directo en la próstata. Alimentos como carnes rojas, frituras, embutidos y productos ultraprocesados aumentan los niveles de inflamación en el cuerpo. Estos productos contienen grasas saturadas, exceso de sal y conservantes que pueden alterar el equilibrio hormonal y favorecer el crecimiento anormal de las células prostáticas.

Por el contrario, se ha comprobado que una dieta con alto contenido de vegetales, frutas, granos integrales y pescados ricos en omega-3 puede reducir el riesgo de cáncer de próstata y mejorar la función urinaria.

3. Vida sedentaria y falta de ejercicio

El sedentarismo es uno de los enemigos silenciosos de la salud masculina. Pasar muchas horas sentado, sin actividad física, comprime la zona pélvica, reduce el flujo sanguíneo y contribuye a la congestión prostática.

Estudios médicos han relacionado el estilo de vida inactivo con un mayor riesgo de desarrollar hiperplasia prostática benigna o tumores. Incorporar actividad física regular como caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer ejercicios de Kegel ayuda a mantener saludable el sistema urinario.

4. Aguantar las ganas de orinar

Este hábito, aunque común, es muy perjudicial. Retener la orina por mucho tiempo genera presión en la vejiga y sobrecarga la próstata, provocando inflamación, infecciones del tracto urinario y hasta formación de cálculos.

También se ha comprobado que debilita los músculos del suelo pélvico, lo que puede derivar en incontinencia urinaria o dificultad para vaciar la vejiga completamente. Lo ideal es acudir al baño cada vez que el cuerpo lo indique, sin postergaciones.

5. Fumar y evitar revisiones médicas

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Fumar no solo está vinculado al cáncer de pulmón o al daño cardiovascular. Las toxinas del tabaco dañan el ADN celular y se asocian con un mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo.

Además, evitar las visitas al urólogo impide detectar problemas a tiempo. Los chequeos anuales son fundamentales, especialmente después de los 45 años, para prevenir o tratar condiciones como la hiperplasia benigna o el cáncer en sus primeras etapas.

Por todo esto, cuidar la próstata implica prestar atención a estas costumbres. Incorporar actividad física, como ejercicios aeróbicos o de Kegel. Esto, junto con una dieta saludable, puede fortalecer este órgano y mejorar la función urinaria. Además, es importante estar atentos a señales como dolor al orinar, dificultad para vaciar la vejiga o sangre en la orina, y no descuidar las revisiones médicas.

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