El círculo virtuoso para alcanzar una vida plena

En nuestro camino por alcanzar la paz mental y una vida armónica corremos un peligro que está muy de moda en estos días: concentrarnos demasiado en nuestro ser y olvidar que somos entes sociales.

Sí, la idea es ser nuestra propia prioridad, pero eso de ninguna manera significa ignorar o invisibilizar al resto de la gente. Todo lo contrario, debemos entender que ser amable con el interior es tan importante como ser comprensivo con el exterior.

Actualmente, hay todo un movimiento de amor propio, autocomprensión y entendimiento personal que es loable y que debe ser un eje fundamental de la existencia -de hecho, esta columna se llama PRIORIZARTE-, pero no puede ser el único eje. No podemos caer en un egoísmo emocional que dañe nuestro entorno.

Autoconocimiento y empatía

Una de las expresiones más importante de este ‘egoísmo emocional’ es la forma en la que juzgamos los errores de los otros. Nuestras fallas suelen ser justificadas y minimizadas cuando las conversamos, sin embargo, las mismas falencias cometidas por alguien más se exhiben como grandes fracasos. No tardamos nada en juzgar a los otros como no queremos que nos juzguen.

Este comportamiento se ha extendido aún más con el apogeo de las redes sociales. Criticamos a deportistas, celebridades o famosos que cometen un error, cuando en nuestra vida tenemos un cúmulo de problemas en los que debemos trabajar. Claro, es fácil juzgar al vecino para ignorar lo que nos pasa internamente.

La buena noticia es que este inconveniente tiene solución. Una solución que se discute desde hace años, pero que difícilmente es parte de nuestro día a día. Se trata de empatizar. Ponerse en los zapatos del otro es uno de los consejos más trillados que existe y, sin embargo, su efectividad no es tan valorada como debería. 

Pensar en cómo se siente la persona a la que insultamos en redes e imaginar cómo sería si alguien dijera eso de nosotros nos ayudará a frenar los ataques, a reducir los conflictos y a vivir en un ambiente más armónico y pacífico.

Es decir, si tratamos bien al entorno, también nos trataremos mejor a nosotros mismos. Es un círculo virtuoso que beneficia a todos. Pruébelo desde mañana mismo. Sea amable y recibirá amabilidad de vuelta.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!