Restaurante Clara.
Restaurante Clara.Karina Defas

Clara: Cuando la gran cocina es fácil de entender

Expreso Doble | Este restaurante en La Floresta tiene seis meses y es uno de los grandes descubrimientos

Muy probablemente, una de las cosas más memorables que le pueden ocurrir a uno es que las expectativas no solamente se cumplan, sino que se superan. Y eso ocurre con Clara, un bellísimo restaurante en La Floresta (centro-norte de Quito) del que se sale feliz por la experiencia gastronómica que se obtiene allí.

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No se puede omitir un detalle: la nostalgia para una buena parte de la población quiteña. Clara funciona en donde quedaba El Pobre Diablo, uno de los bares neurálgicos de la bohemia y el arte quiteño, que cerró sus puertas en el 2017 tras 27 años de existencia. Si bien hay carteles de aquellos años, pronto la nostalgia desaparece para llegar a lo nuevo. La comida en Clara es joven, interesante, llena de sentido, con buen gusto y una idea particular de atención.

Los socios son parte de esta nueva generación de gastrónomos que está llevando la cocina a otro nivel en Quito. Y en el caso de Clara, se trata del encuentro de varias nacionalidades. Ana Lobato es española, Ángel de Sousa es venezolano-portugués, Felipe Salas es ecuatoriano y chef ejecutivo de algunos restaurantes en Quito, y Camila Avellán también es ecuatoriana.

Los tres primeros son los que imprimen el carácter del lugar. Usted descubrirá los sabores ecuatorianos elaborados con una buena técnica y el cuidado sobre los productos. Y aunque tendrá sus elementos diferenciados, es una comida “que se deja entender”, dice Ana.

Tiene razón: todo plato tiene sentido y sus sabores impresionan y perduran en la memoria. EXPRESO DOBLE llegó a este lugar para comer su celebrada ensalada de tomates con orejas de chancho y hasta ahora no podemos dejar de pensar en este plato exquisito. Pero todo está muy bueno, como el laminado Jipijapa o el seco de chivo con menta.

Hay un concepto de consumo. Ángel nos cuenta que con Ana, quien es también su pareja, vieron que en Quito faltaba esa experiencia española de la sobremesa, del plato al medio para compartir. Y el vino tiene aquí una función gravitante. A diferencia de la gran mayoría de restaurantes donde la copa de vino es únicamente de la variedad de la casa, en Clara usted podrá elegir entre vinos españoles, portugueses, italianos, franceses, argentinos, ya sean blancos, rosados, naranjas, tintos y para el postre.

Llama la atención que sus puertas solo se abren de lunes a viernes. No atienden los fines de semana. Y la razón no deja de ser interesante y entendible: hay vida más allá de un restaurante, que es un trabajo sacrificado. Lo cierto es que también es lindo ir a restaurantes entre semana, un martes por ejemplo, para disfrutar de la gran cocina que se prepara en Clara y que brinda mucha felicidad.

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EL CHEF

Hay dos chefs en Clara. Ángel de Sousa y Felipe Salas. Ángel se define como un cocinero empírico, aunque ha trabajado en varios restaurantes de alta cocina y proviene de una familia de panaderos. Con Ana llegaron hace tres años al país para trabajar con Felipe en el proyecto Iche, que busca el desarrollo territorial de Manabí a través de la gastronomía.

Hay dos chefs en Clara. Ángel de Sousa (foto) y Felipe Salas
Hay dos chefs en Clara. Ángel de Sousa (foto) y Felipe Salas.Karina Defas

SERVICIOS

Atención: De lunes a viernes, en horarios de 13:00 a 15:30 y de 19:00 a 22:30.

Servicio a domicilio: No usa aplicaciones ni hay servicio a domicilio. Es una cocina que merece tiempo para su goce.

Reservaciones: 0991495958.

Precios: El seco de chivo cuesta 16 dólares, el laminado Jipijapa 14 dólares y la ensalada de tomates y orejas de chancho está a 12 dólares.

Vinos: Las copas de vino van de 5,50 a 13,50 dólares.

Ensalada de tomates con orejas de chancho

Este plato es el éxito total. No hay cómo irse de Clara sin probarlo. Los tomates de diferentes colores, y por tanto de diferentes sabores, son de una calidad pocas veces encontrada en el país. Los tomates son variados (verdes, negros, mancha morada, perita) y de sabor extraordinario, traídos de Baeza. Sobre las verduras se echa una salsa elaborada con perejil, aceite de oliva y anchoas, que le da la intensidad de sabor. Las tiras de orejas de chancho están crocantes a la perfección. La salsa de tomate de árbol le da la cremosidad. Es un plato de sabor fuerte, perfecto, imposible de olvidar y que obliga a volver a Clara.

Las tiras de orejas de chancho están crocantes a la perfección
Las tiras de orejas de chancho están crocantes a la perfección.Karina Defas

Laminado Jipijapa

Es un plato que atrae a la vista de inmediato, sobre todo por la combinación de colores que adquiere la leche de tigre con maní y las gotas de aceite de cilantro. Se siente la intensidad de la albacora ahumada con maderas cítricas y el contraste de frescura que le dan el aguacate, las tiras de cebolla y el cilantro. Es un plato intenso, con un toque de picor. Importante ingrediente es el maní traído de Cojimíes, Manabí, donde mejor se ha desarrollado para la gastronomía. Detalle no menor es el pan, para ‘escarpetarlo’ (remojarlo) en la salsa.

Es un plato intenso, con un toque de picor.
Es un plato intenso, con un toque de picor.Karina Defas

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