Comerciantes, músicos y enfermos: Las rarezas del 'Belén Carmelita'
El pesebre es el más icónico de la capital. Este año, su exposición ahonda en una historia de liberación
Mujeres, hombres y niños; mestizos, indígenas, negros y blancos; músicos, artesanos, incluso enfermos; todo cabe en el pesebre del Museo del Carmen Alto de la capital.
El emblemático ‘Belén Carmelita’ es el nacimiento más popular de la ciudad, con una historia de más de tres siglos de antigüedad.
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Leer másEl pesebre cuenta con trescientas piezas, además de las figuras centrales de la Virgen María, San José y el Niño Jesús, y se exhibe cada año en diciembre.
Sus peculiares piezas son su principal atractivo, pues ponen en escena el Quito de antaño. Ana Romero, historiadora e investigadora, señala que el pesebre responde a una tendencia que inició cuando en los monasterios se empezaron a recrear escenas bíblicas que recogían no solo el nacimiento de Jesús, sino también el censo de César Augusto que llevó a la Sagrada Familia hasta Belén, la llegada de los Reyes Magos e incluso la huida a Egipto.
“La existencia del pesebre tiene 900 años. Fue creado por san Francisco de Asís. Se trata de una recreación que invita a reflexionar sobre el rol de cada personaje del nacimiento de Jesús. Sin embargo, con el paso de los años, los religiosos fueron incorporando elementos, entre ellos recreaciones de figuras locales. Ya en los belenes del siglo XVIII lo sagrado y lo profano convivían en el pesebre, pues se incluían a individuos populares de la ciudad. Esta tendencia, que surgió en Italia, se popularizó y viajó a América Latina”, comenta.
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Un reflejo de la ciudad de antaño
En el caso del ‘Belén Carmelita’, esa afición por incluir las escenas cotidianas en el pesebre logró no solo capturar los momentos diarios del Quito de antaño, sino su búllante vida popular y las múltiples etnias que residían en la ciudad.
Es así que el pesebre recoge y recrea a personajes que desempeñaban diversos oficios y ocupaciones, como el comercio, y entre ellos se encuentran representaciones de músicos indígenas, mestizos, criollos y afro descendientes, hilanderas trabajando, carpinteros y vendedores en la plaza pública.
“El comercio, la cocina y la música eran partes centrales de la vida quiteña de la época. Estudiar al pesebre ofrece una mirada a las realidades de aquel entonces y nos permite reflexionar sobre qué perdura en nuestra ciudad”, añade Romero.
En 2013, las hermanas carmelitas entregaron el nacimiento a la Fundación Museos de la Ciudad y desde entonces, cada exposición anual busca destacar distintos aspectos del pesebre y sus personajes.
En 2019, antes de la pandemia, la muestra se centró en los oficios y ocupaciones de la urbe del siglo dieciocho, destacando a los aguateros, los yumbos y las hilanderas de la época, así como la dinámica económica y cultural que existía entre el campo y la zona urbana.
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Leer másEn 2021, se ahondó en la situación de la comunidad venezolana migrante en territorio ecuatoriano a través de los pasajes relacionados a la migración de María, José y Jesús hacía tierras desconocidas.
En 2022, en cambio, se llevó a cabo la muestra ‘Al son de la Navidad. Más allá del villancico’, exhibiendo las expresiones musicales del pesebre y la historia de la prohibición de las sonoridades propias del África, como la marimba y los tambores.
Relacionarse con el presente
Desde diciembre pasado, explica Sara Madera, responsable de museología educativa del Museo del Carmen Alto, el ‘Belén Carmelita’ se presenta ya no solo desde el estudio interno del museo, sino a través de la cocreación comunitaria.
La primera iniciativa de su tipo se llevó a cabo junto al Colectivo Mujeres de Frente, quienes propusieron un eje que buscaba mostrar las realidades de las mujeres comerciantes populares.
“A través de las propuestas planteadas por nueve mujeres, se generaron los lineamientos discursivos de esta exposición, que desde la pregunta ¿cómo es para ti un día de Navidad?, abordaba las problemáticas que giran en torno al derecho al trabajo y el comercio popular”, explica.
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Así, añadió, se logró la exhibición del Belén con un giro más actual, que se ha consolidado este año.
“La respuesta del público fue muy buena, se sentía identificado. Y es que, a partir del trabajo de construcción comunitaria se pudo evidenciar las relaciones entre la realidad social de la ciudad contemporánea y las escenas de este Belén histórico”, dice.
Del Belén al palenque, un cambio de mirada
Este año, la labor para la muestra del ‘Belén Carmelita’ empezó en septiembre junto al colectivo Afro Arte. En el proceso participaron doce jóvenes afrodescendientes de Esmeraldas, Quito, Guayaquil y Valle del Chota.
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Leer másA raíz de estos encuentros se definieron dos ejes dentro de la curaduría: el primero, la protección de las infancias, y el segundo, los procesos de liberación.
“Al hacer el análisis nos dimos cuenta de que el nacimiento de Jesús fue un nacimiento amenazado y esto se relaciona justamente con la situación de la niñez de las personas afrodescendientes aquí y en otros lugares, que nacen en circunstancias de riesgo. El segundo eje son los procesos de la liberación comprendidos desde la huida a Egipto. Se planteó como ese proceso histórico se relaciona a las propias luchas de liberación en Quito y a las mujeres que las lideraron y cuyos nombres se han ido perdiendo en la historia, como lo son Martina Carrillo y María Chiquinquirá”, señala Sara Madero, del Museo del Carmen Alto.
Así surgió ‘Del Belén al Palenque: Confabulaciones por la liberación’, que abrirá sus puertas el 14 de diciembre en el museo.
El recorrido esta dividido en tres partes, que sigue una misma historia con los ejes plantados. Este además, tiene un componente sonoro: un arrullo cantado por la artista Ana Gabriela Cano, conocida como Black Mama.
La exhibición se podrá visitar hasta fines de febrero. En 2025 se harán talleres y recorridos especializados en el marco de la exposición.
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