Lo que comes afecta a tu estado de ánimo y viceversa
Comer alimentos con bajo nivel nutricional o consumirlos cuando se está mal anímicamente, pueden afectar tu salud física y emocional.
La comida que te llevas a la boca no solo ejerce influencia en cómo te sientes, sino que cómo te sientes también afecta tu alimentación. "Ingerir muchos carbohidratos reduce la tirosina, aminoácido precursor de la dopamina u hormona del buen humor, por ello la importancia de generar una dieta consciente, enfocada en el bienestar integral y no desde las emociones", señala un estudio realizado por la psicóloga y nutricionista Soyoung Park.
El ensayo fue aplicado a 87 personas, la mitad de ellos recibieron un desayuno con mayor carga de proteínas y los demás tuvieron más carbohidratos. Posteriormente, todos debieron tomar una decisión sobre una propuesta injusta, que no los beneficiaba, los más tolerantes en su mayoría fueron quienes ingirieron más cantidad de proteína.
La comida chatarra puede resultar rica para el paladar (por la cantidad de sustancias químicas que contiene), pero es pobre en nutrientes. Quienes la consumen frecuentemente tiene riesgo de padecer no solo problemas digestivos sino que va a repercutir en su estado mental, han sostenido otros estudios realizados al respecto.
Losjóvenes menores de 30 años que comen comida rápida más de tres veces a la semana tienen mayores niveles de angustia mental
Cuidado con las emociones
La relación emociones-nutrición es cierta, ya que en momentos de depresión, angustia o irritabilidad, las personas son más propensas a consumir alimentos grasos, lo cual resulta perjudicial para el control de peso y la salud, en general, según el Programa de Educación y Atención Nutricional Universitario de la Universidad de Costa Rica. ¿Por qué sucede esto? porque muchos alimentos contienen triptófano, aminoácido que provoca la liberación de serotonina (niveles bajos de serotonina se asocian a la depresión y a la obsesión).
Garcés, enfatiza en la comida por recompensa, “solemos recurrir a azúcares y carbohidratos por razones emocionales de comodidad, alivio del estrés o para autopremiarnos. Los alimentos dulces y ultraprocesados (papas, galletas, dulces, comida chatarra, etc..) suelen ser consumidos por su efecto inmediato de satisfacción, premio y felicidad; sin embargo, esas sensaciones son de efecto breve, temporal”.
Buenos hábitos desde la infancia
En este contexto, Sarah Garcés, coach de Salud y bienestar de Equivida Vitality, señala que, “es importante generar una alimentación consciente enfocada en el bienestar integral y no desde las emociones”.
Hace énfasis la profesional, en la necesidad de generar buenos hábitos desde la infancia, incluyendo en la dieta alimentos ricos en vitaminas, minerales, y colores (haciendo uso de frutas y verduras).
La experta afirma que, productos como huevos, lácteos, cereales, chocolate negro, arándanos, moras, fresas, aguacate, entre otros son ideales para elevar los índices de serotonina; mientras que el azúcar refinado o grasas transgénicas (snacks) tienen un efecto inmediato y corto.
Para tener buen ánimo
- Practica una alimentación balanceada. Prioriza proteínas, cereales y frutas
- Realiza caminatas o deportes en espacios verdes
- Desconéctate de la tecnología, durante las horas de comida, descanso o actividades familiares.
- Hidrátate constantemente, para mantenerte en alerta y activo.
- Haz conexiones sociales con tus seres queridos u otras actividades de preferencia.