Comportamiento y hábitos de alimentación de los niños de un año
A partir de esta edad dejó de ser bebé para convertirse en un niño que quiere independencia. Ahora puede comer casi de todo y solito.
Va a notar que su pequeño se vuelve melindroso a la hora de comer. Después de probar un par de cucharadas volteará su cara o apartará la cuchara en señal de 'no quiero' o 'no quiero más'. No se desespere ni pierda la calma. Es cierto que ahora es más activo y la razón de su proceder radica en que su índice de crecimiento disminuyó y por eso ahora no va a demandar de mucho alimento.
En esta etapa de crecimiento es muy recomendable que el niño comparta la mesa con sus padres y hermanos. Así aprenderá con el ejemplo y se interesará por lo que comen los mayores. "Póngale un babero y deje el plato de comida delante de él, para que con libertad ingiera lo que desee con sus manos o los cubiertos. Y desarrolle la masticacion", recomienda la American Academy of Pediatrics, entidad que comparte los hábitos de alimentación más novedosos que se presentarán en ellos a partir de su primer cumpleaños.
Para los padres
- Anímelos, pero no emplee el castigo ni los obligue a comer a cierta hora. Aunque sea difícil de creer, la dieta de su niño se equilibrará en pocos días.
- Recuerde que su hijo necesita aproximadamente 1.000 calorías diarias repartidas en tres comidas y dos refrigerios para cubrir las necesidades para el crecimiento, energía y buena nutrición.
- Variedad. Ofrézcales comida variada, en sabor, color y textura. Ellos requieren nutrirse de los mismos grupos básicos de alimentos que usted necesita, por tanto su dieta será equilibrada.
- No limite las grasas. Los bebés y niños pequeños deben obtener la mitad de sus calorías de las grasas, estas son importantes para su crecimiento y desarrollo. Cuando su hijo cumpla los dos años, puede gradualmente disminuir el consumo de grasas (bajándolo a cerca de un tercio de las calorías diarias para cuando cumpla de 4 a 5 años).
- Verifique la temperatura. Los alimentos no deben estar muy calientes para evitar quemaduras en la boca.
- Con pocos condimentos. No les sirva alimentos demasiados sazonados, ni que tengan demasiada sal o azúcar, o mucha mantequilla. Los aliños impiden que el niño disfrute el sabor natural de los alimentos; además de que en exceso pueden perjudicar su salud a largo plazo. Una alternativa es el uso de especias, como el orégano o el perejil.
- Triture los alimentos. O córtelos en pedazos pequeños (por ejemplo, las carnes) ya que se pueden atragantar o asfixiar. Nunca les dé maní, uvas, gominolas o galletas enteras. Los niños aprenden a masticar y triturar bien los alimentos a partir de los cuatro años de edad.
- Mientras su hijo come, vigílelo. No lo deje solo. Y enséñele desde pequeño a terminar de masticar antes de hablar (así evitará atragantamientos).