Consejos de alimentación para niños con autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición que afecta el neurodesarrollo. Según Mabel Fariño, nutricionista especializada en pacientes con trastornos del desarrollo, detalla que aunque el autismo no es catalogado como una enfermedad o discapacidad, los niños que lo tienen deben contar una alimentación distinta a la de los demás porque “se ha comprobado que el 84 % de estos pacientes presentan problemas gastrointestinales”.

Recomendaciones

Fariño recalca que lo ideal es que la dieta sea libre de alimentos que contengan gluten, proteína que se encuentra en el centeno, cebada y trigo. También se recomienda evitar la avena porque podrían tener partículas de gluten al ser elaboradas en empresas en las que se procesa el trigo y es preferible tampoco ingerir maíz porque es de difícil digestión y podría irritar el intestino.

Por otro lado, la soya, el azúcar y la caseína (proteína se encuentra en todos los lácteos y sus derivados como el yogurt, crema de leche, mantequilla y queso) también deben restringirse. Y en última instancia, si el niño no presenta una mejora con las medidas anteriormente mencionadas, el especialista podría recomendar una dieta cetogénica (baja en carbohidratos).

Debe saber

La experta menciona que es crucial tener una buena salud digestiva ya que el intestino está conectado de forma bidireccional al cerebro a través del sistema nervioso. “La inflamación intestinal vuelve a este órgano permeable, lo cual permite el ingreso de cualquier tipo de toxina que ingresa a través de la circulación sanguínea y hace que el cerebro también se inflame”, comenta.

Esto podría ocasionar que el niño tenga alteraciones conductuales como insensibilidad al dolor, lo cual podría generar una autoagresión. Además, si se golpea o aplasta el estómago, también podría ser una señal de que está sufriendo de dolores estomacales muy fuertes pero no sabe expresar su dolor.

Dato

• Hay niños lactantes que consumen fórmulas lácteas que comienzan a tener molestias como diarrea y estreñimiento. Por eso, es importante hacer un análisis de posibles alergias o sensibilidades alimentarias.