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La Fundación de Cooperadoras Salesianas asiste al Barrio Cuba.Cortesía/Fundación

Cooperadoras Salesianas: un aporte educativo a la infancia

La fundación con más de 30 años de vida también brinda talleres de cocina a mujeres. Los servicios son gratuitos

Hace 50 años, el Barrio Cuba, situado en el sur de Guayaquil, era conocido como uno de los más empobrecidos de la ciudad, con conflictividad social y escasez económica. Preocupado por esa situación que afectaba sobre todo a los niños del sector, quienes tenían una baja escolarización, el párroco del barrio, Félix Roggia, solicitó a las cooperadoras salesianas que, junto a la parroquia, establecieran un Centro de Apoyo Escolar y un Comedor Comunitario, cuyo objetivo fundamental era mejorar la calidad de vida de los niños y de esa comunidad.

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Así nació el ‘Centro Féliz Roggia’ que se mantiene hasta la actualidad y recibe de lunes a viernes a niños que cursan desde el primer año hasta el séptimo de educación básica, para ayudarles a realizar las tareas de la escuela y nivelarlos en los estudios.

“Ahora no solo son niños del sector, también vienen niños de los barrios aledaños. Tenemos voluntarias que están de 15:00 a 17:30, todos los días, esperando por los pequeños para ayudarles con sus deberes”, menciona a EXPRESO Solange Carbo, actual presidenta de la fundación.

Además de la ayuda con las tareas, los niños reciben un refrigerio todas las tardes y tienen tiempo para jugar en el patio y realizar, junto a las colaboradoras salesianas, actividades que refuerzan sus valores éticos, cristianos y moral.

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Los niños del Barrio Cuba asisten a los talleres de la Fundación de Cooperadoras Salesianas.Cortesía / Fundación

“Se van a la casa con sus tareas hecha y habiendo comido un refrigerio, esto es importante porque muchos son de familias de muy escasos recursos que a veces no tienen para comer”, explica la voluntaria.

La primera directora del Centro, abierto hace 32 años, fue Alegría Baquerizo de Valenzuela, quien encabezó la gestión de una importante ayuda económica, con la que compró un terreno para poder edificar la escuela, que lleva el nombre del párroco. Este centro de apoyo escolar sigue ahí mismo, situado en las calle D y Domingo Comín.

Beneficiarse de este servicio es totalmente gratuito, resalta Carbo, y pueden asistir niños de cualquier sector.

Actualmente llegan entre 16 y 18 infantes y las voluntarias esperan que la cantidad aumente a medida que la seguridad en la ciudad gane terreno.

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Pero además de este servicio, la Fundación también brinda otro dirigido a las mujeres, como una forma de implementar la ayuda a toda la familia. Este se da tres veces a la semana: lunes, miércoles y viernes, de 15:00 a 17:30.

“Este taller es para mujeres jóvenes y señoras. Ahí les damos clases de cocina, corte y confección, belleza, manualidades y enfermería”, añade la presidenta. Se trata del centro de capacitación ‘Juan Giovenale’ situado en las calles El Oro y Ambato.

Las alumnas de este taller son unas 25 que, asisten, especialmente, a las clases de cocina donde aprenden, de la mano de un chef profesional (también voluntario de la fundación) a preparar platillos típicos, comida gourmet y postres.

“En diciembre por ejemplo hacemos un taller de cómo se prepara toda la comida navideña y cómo debe ser el arreglo y adorno de los manteles y detalles de la mesa”, dice Carbo.

Para beneficiarse de este servicio, las alumnas solo pagan el costo de la inscripción que es de unos $20 (varía año a año).

Tras ese pago, las féminas pueden recibir las clases todo el año, e incluso reciben los implementos necesarios para preparar los platillos.

“Son mujeres del mismo sector Barrio Cuba y muchas son mamás de los niños que van al Centro de Apoyo Escolar. Pero recibimos a las jóvenes y damas que quieran asistir de otros sectores. Algunas alumnas vienen de barrios como Sauces y de otros del norte”, concluye.

DETALLES

  • La mayoría de las voluntarias son adultas mayores. Muchas pasan los 80 años de edad, pero se mantienen colaborando con la fundación.

  • La fundación se financia con la colaboración de las 35 voluntarias y de la recaudación de fondos en rifas, venta de artículos de segunda mano y de arriendos.

  • Hasta el 2023, asistían al Centro de Apoyo Escolar unos 60 niños. Pero desde que inició el 2024, ha dejado de ir la mayoría, según las voluntarias por inseguridad.

  • Para ser parte de los talleres de cocina de otros brindados a las féminas, las interesadas deben acercarse a la fundación con copia de cédula para el registro.

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