Coronavirus | Diario de una madre en cuarentena, día 29: Ya no vayas al supermercado
Parece que los problemas del esposo en el supermercado están lejos de solucionarse. Y aparece otro desafío en la cuarentena: el 'home schooling'
Sepan disculpar la recurrencia, pero este asunto de que mi esposo vaya al supermercado durante la cuarentena por coronavirus no da para más. Hoy es el único día que podemos usar el carro y allá fue, camino al banco y al supermercado.
La cola en el banco era tan larga que nunca llegó a hacer el trámite así que entró, casi sobre la hora de cierre, al supermercado a comprar algunas cosas. Ya no hice lista, sólo le dije de manera bien firme y contundente que me trajera yerba mate. Cinco paquetes le pedí.
Tampoco hice un detalle exhaustivo, sino que le mandé un mensaje pidiéndole fruta y verdura. Trajo unas 30 manzanas, 20 granadillas, no sé qué cantidad de limones, 6 pitahayas, 4 lechugas, bastante brócoli y muchísimas peras. Felicidad total al abrir una bolsa y descubrir 8 paltas. “Esta vez la hizo bien”, pensé.
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Leer másHabía, también, los 20 paquetes pequeños de las galletas favoritas de mi hijo, las fundas de residuos y los pañitos húmedos para los niños. Sí, estaba demasiado feliz abriendo las bolsas y pasándole el trapo con agua y cloro a todo eso. Incluso, debo reconocer que no me afectó que el líquido desinfectante para el piso tenga olor a pino. Sí, olor a pino. ¿No sienten, a veces, que quienes nombran esos olores no tienen ni la más pálida idea de cómo huele un pino?
De hecho, estaba casi saltando de alegría cuando vi el logo de la marca de detergente que uso para lavar la ropa de mis hijos. En el mensaje decía “suavizante --la marca-- bebé”. Es la tercera vez que va al supermercado y es la tercera vez que le pido que compre suavizante --la marca-- bebé. También es la tercera vez que trae detergente líquido en lugar de suavizante.
Yo no sé qué cosa extraña sucede en la cabeza de alguien que lee suavizante y escoge detergente, en serio, es como para un estudio pormenorizado del asunto. Creo que hasta fin de año, por lo menos, no necesitaré comprar detergente para lavar la ropa de los niños que, además, se lava dos veces por semana. Tengo, en este momento, unos 10 litros de este fantástico producto. Pero nada de suavizante.
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Leer másSin embargo, hay algo hermoso que hizo… trajo una funda llena de zanahorias pequeñas, muy pequeñas. Cuando las saqué para lavarlas medio que no entendía por qué, hasta que recordé que los bastoncitos de zanahoria son uno de los platos preferidos de nuestra bebé y, claro, él trajo las pequeñitas para que sólo tenga que pelarlas. La miré a ella, que estaba a mi lado en el coche, y le deseé profundamente que algún día tenga una pareja que compre zanahorias pequeñas.
Desde hace unos días tengo otra preocupación. Tiene que ver con que me comunicaron que mi hijo, que en unos días cumplirá 3 años, va a comenzar clases de manera virtual. Sí, una versión del también llamado 'home schooling'.
No quiero entrar aquí en la discusión en torno a las mensualidades, si corresponde o no que cobren la cuota completa, si esto o aquello. Pero sí me parece importante reservar un momento a reflexionar sobre lo que estamos y lo que están haciendo con nuestros hijos.
¿En serio alguien cree que estos inventos improvisados son algo que se acerque a procesos de enseñanza y aprendizaje? ¿Alguien puede afirmar, convencido, que un niño de 3 años podrá llevar adelante estos procesos en casa del mismo modo que lo haría yendo al jardín?
De momento, nosotros lo intentaremos.
¿Cómo vive la cuarentena por el coronavirus una madre de dos niños en Guayaquil, Ecuador? De eso se trata estos textos. Todas las entregas, aquí: 'Diario de una madre en cuarentena'.