Coronavirus: Los niños también se estresan con la cuarentena
Los padres deben ser pacientes, comprensivos y manejar adecuadamente la situación. La Academia Americana de Pediatria comparte algunos consejos.
La emergencia sanitaria que se vive en el país y el mundo por el confinamiento para evitar la propagación del coronavirus, puede generar en los niños una serie de reacciones, difíciles de manejar para madres y padres.
Dificultades para dormir, orinarse la cama, dolor de estómago o de cabeza; además de estar ansioso, retraído, enojado o temeroso son algunas de las manifestaciones de los niños frente al estrés.
Es fundamental que aprendas a escuchar sus preocupaciones y te tomes el tiempo necesario para consolarlos, y asegurarles que contigo ellos están seguros.
La Academia Americana de Pediatría cita algunos de los cambios que pueden presentarse en los niños y qué hacer al respecto.
Atención
- Llanto, berrinches o irritabilidad excesiva en niños más pequeños.
- Retornar a comportamientos que ya habían superado (orinarse en la cama)
- Dolor de estómago. Preocupación, enojo, temor o tristeza excesiva.
- Hábitos de alimentación o sueño poco saludables. No come ni duerme bien o a la inversa.
"Cree oportunidades para que los niños jueguen y se relajen y mantenga sus rutinas y horarios regulares, especialmente antes de que se vayan a dormir", aconseja la Unicef
¿Qué hacer?
- Procura hacerlos sentir seguros, protegidos. No los recrimine por sentirse disgustados ante la situación de aislamiento o porque no han podido disfrutar de sus vacaciones como en otros años.
- Anima a tus hijos a hacer preguntas y a expresar sus sentimientos. Recuerda que cada niño puede tener diferentes reacciones al estrés, así que sé paciente y comprensivo.
- Comparte con ellos cómo controlas tu estrés, así aprenderán a manejar la situación que se les presente, según el ejemplo de sus padres.
- Limita la exposición de la familia a la información (incluida las redes sociales) de temas sobre la pandemia de coronavirus. Los niños pueden malinterpretar lo que escuchan y asustarse por algo que no entienden.
- Establece rutinas para desayunar (y las otras comida), jugar, ejercitarse. Si no hay clases, elabora un cronograma para actividades de estudio y de descanso o entretenimiento.
- Vigila las horas de sueño nocturno que necesite tu hijo según la edad: De 1 a 2 años, entre 11 y 14 horas; de 3 a 5 años, 10-13 horas; de 6 a 12 años, 9 y 12 , y para los adolescentes, 8-10 horas.