Costa Sierra: Donde la comida nacional nos abraza

Quizá el mayor afecto que sentimos, lo que más extrañamos cuando estamos lejos del hogar, sea la comida. Se podrá añorar a la familia, los amigos, la geografía o el equipo de fútbol, pero lo que más estará presente será, sin duda, el alimento con el que crecimos. Y en casi toda casa se cocina lo mismo: la fanesca, la colada morada, el caldo de patas, el ceviche, pero cada una con sus variantes, con su propia memoria gastronómica. Roberto Luzuriaga nos ofrece la suya, que aprendió de sus abuelas y de su madre, en su muy lindo restaurante Costa Sierra.

Esta es una historia de reinvención. Costa Sierra era uno de los lugares más conocidos en Quito porque fue una cadena de comida ecuatoriana rápida en varios centros comerciales. Era una de las buenas opciones para comer un locro o una fritada en el limitado tiempo que se dispone para el almuerzo en el trabajo. Le iba bien hasta que llegó la pandemia de covid-19 y su modelo de negocio no pudo mantenerse. ¿Y ahora?

Desde hace dos años, acompañado por su hijo Santiago, Roberto decidió abrir un restaurante con un mayor concepto gastronómico, más cercano y confortable para el comensal, además de ofrecer una experiencia perdurable en la memoria a tal punto que (y no debería asombrarse por ello) volverá pronto porque le quedó algún plato pendiente por probar.

De esos 20 minutos propios de la comida rápida y salir corriendo nuevamente a la oficina, ahora deberá estar dispuesto a pasar un buen tiempo. “Tratamos de dar una experiencia más enriquecedora para que la gente se quede, que converse, que tome un café”, dice Santiago. Y el tiempo para el buen comer es algo importante.

Costa Sierra aparece como una alternativa de la comida ecuatoriana. En los tiempos que corren, no abundan los buenos restaurantes que controlen los productos, los procesos y que mantengan esa calidad de clásico. Ahora, en este ‘boom’ de la gastronomía en Quito, hay dos opciones: la comida ecuatoriana de autor, con innovaciones que irrumpen y sorprenden, o al contrario, las huecas.

En este restaurante, de muy buena atención, en un local bello y mesas en la terraza, recibirá una comida que abraza. Los Luzuriaga se encargan bien de que sintamos ese afecto. Reciben a EXPRESO DOBLE con una chicha de arroz refrescante, aromatizada con cedrón y la acidez perfecta de la piña hawaiana. Es el anuncio de que algo muy bueno está por venir. Generosos como son, a lo que pedimos nos agregaron un tostón con ají manaba, sal prieta y camarón, que dice mucho de este lugar: delicioso, tradicional y que ofrece una experiencia de lo confortable, de lo inolvidable.

Empanadas mixtas

Este plato viene muy bien como una entrada. Las de morocho tendrán siempre el reto de estar a la altura de las preferidas de los quiteños: las del estadio. Y si bien estas son diferentes, no tienen nada que envidiarles: la calidad de la masa y lo exquisito de la carne de costilla de cerdo como relleno le dan un sabor especial. La empanada de verde con camarón es algo que nos recuerda aquellas que pedimos en los caminos de Quinindé. Y las de queso son el final deseado de este festín inicial.

Encebollado Costa Sierra

Los Luzuriaga saben que es un desafío, porque con este plato hay un debate sobre los ingredientes o si se lo acompaña con chifle o canguil. Al menos, con respecto a este último debate, complacen a todos: van los dos. Este encebollado tiene un sabor especial y equilibrado. Al fondo de pescado le agrega vino, que le otorga un toque especial al caldo. La yuca y la albacora son indispensables, como en todo encebollado. Lo interesante en este caso son los otros frutos del mar, que le dan una mayor potencia: camarones ecuatorianos de exportación, mejillones importados de Chile y un langostino que corona el plato. Es el mar en su plenitud en una de las mejores sopas del mundo.

Bandeja de la Sierra

Es un homenaje al chancho que tanto se come en la Sierra. Quien pida este plato disfrutará de las tres variantes más importantes: el chicharrón, el hornado y la fritada. Y las tres están realmente bien preparadas. El chicharrón está en ese punto crocante que hace alucinar; el hornado es delicado, pero su sabor se intensifica con el muy buen agrio que preparan; mientras que la fritada está en su punto: la carne es tierna pero firme. Ideal para compartir y sentir alegría.

• Dirección: La Pradera y San Salvador (frente a la Flacso).
• Horario de atención: Lun-mar: 09:00-17:00; miér-sáb: 09:00-21:00; dom: 09:00-17:00. Ofrece también desayunos.
• Parqueo: Hay zona azul y cuenta con guardianía de seguridad.
• Reservas: 0983110222.
• Precios: Las empanadas mixtas: 6,50 dólares; el encebollado Costa Sierra: 12,90 dólares; la bandeja de la Sierra: 16,90 dólares. La chicha fresca de arroz vale tres dólares.

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