Los Andrade Díaz aman ejercitarse juntos y lo recomiendan

Sus días inician muy temprano, pero es a las ocho de la mañana que empiezan el entrenamiento, una hora de lunes a viernes, aunque siempre procuran que los fines de semana sean muy movidos: se van a la playa y corren a la orilla del mar. Él surfea y ella nada o juntos practican paddle board (deporte acuático que consiste en ‘remar’ de pie sobre una tabla); asimismo, pueden recorrer 40 km en bicicleta.

Siempre buscan lugares al aire libre para ejercitarse y conectarse con la naturaleza. Pero eso sí, evitan las horas soleadas, para cuidar la salud de su piel.

De igual manera quieren heredar a sus hijos este buen hábito. “Polly (de 11 años) en vacaciones hará ejercicios conmigo. Y Joaquín a su dos años siete meses hace actividad física, se va al parque caminando o en bicicleta. Ellos saben que hay que mover el cuerpo”, dice Gaby.

Su rutina

Carlos Luis señala que hacen calentamiento de 10 minutos, aproximadamente. Allí realizan ligeros movimientos de articulaciones, desde la cabeza hasta los pies (muñecas, brazos, codos, cadera, pantorrillas, etc.), 10 repeticiones por cada área.

Durante el entrenamiento, por lo general, hacen un mix con ejercicios direccionados a un músculo específico (que varía cada día: abdomen, piernas, brazos, etc.) y lo combinan con actividades cardiovasculares.

Culminan con un tiempo de estiramiento. “Esto se hace cuando el músculo ha sido trabajado, si está frío no porque lo puedes lesionar. Siempre se lo hace al final”, indica Carlos Luis, a quien Gaby llama su ‘coach’ integral, pues la ayuda en las áreas financiera, fitness, laboral y psicológica. Al revelarlo suspira y no es por el cansancio de los ejercicios, sino porque en esta parte de la entrevista se movió un gran músculo, su corazón.

Recomendación

Hidratarse es básico. Antes, durante y después del ejercicio. No solo ingiriendo agua, sino también electrolitros. “Cuando uno hace ejercicios quema electrolitros y no lo recuperamos únicamente con H2O. Hay bebidas deportivas para ello, pero también están las naturales, como el agua de coco o comiendo guineo”, manifiesta Carlos Luis.

Amar los beneficios

1. Más endorfina: Entrenar con la persona amada hace que se genere más hormona de la felicidad que cuando se ejercita solo. Si ambos son más felices, la relación mejorará impresionantemente, afirma un estudio de la Universidad de Oxford.
2. Crece la conexión entre ambos: Se desarrolla una sinergia con la pareja, uno anima al otro, lo motiva.
3. Tiempo de corrección: Cuando se entrena entre dos, cada uno puede ver cómo el otro hace los ejercicios, y hacerle las observaciones debidas.