Daniela Darquea: “Quiero ser la número 1”
Su perseverancia es lo que le ha mantenido en el golf por más de 22 años, mientras se prepara las Olimpiadas de Tokio 2021 y hace historia en Ecuador.
La pasión que siente por la cancha la totaliza. Deportista élite, lleva 22 años sumando triunfos destacados en campeonatos mundiales. De hecho, su primer torneo sudamericano fue en Brasil a los 11 años, en la sub-18. “Esa fue una hermosa experiencia, muy retadora, en la que el nivel de exigencia fue ¡muy alto! Yo era la competidora más chica”.
Y es que desde la primera vez que vio pegarle a la bola, a los 4 años, supo que eso era lo que quería hacer. Desde entonces se integró a las canchas, apoyada por sus padres, quienes nunca habían jugado golf. No obstante, incentivaron a su única hija a cultivar este deporte con grandes aspiraciones como bandera y motor de vida. Tanto que, a los 16 años, continuó sus estudios a distancia para que el tiempo se extendiera en las canchas, enfocada en ganar una beca universitaria. Su juventud, dice, la vivió entrenando día a día, sin descansos y de torneo en torneo.
La golfista reconoce que nunca conoció la vida de una chica ‘normal’. Lo suyo, la verdadera diversión, estaba en jugar, en practicar, en amanecer en las canchas compitiendo a nivel nacional e internacional. Su enganche social fue el golf, pues sus amigos y conocidos fueron y han sido quienes pertenecen al mismo mundo.
Momentos duros superados
A los 14, Daniela sufrió un quiebre, cuando su padre murió repentinamente durante un asalto en el interior de su casa. El golpe casi la tumba y se planteó parar. Sin embargo, fue César Meza, su entrenador, quien la animó para que la joven continúe en la disciplina en una vida sana y competitiva.
Años después, en la universidad, también enfrentó un momento crucial al considerar nuevos horizontes. El apoyo y certera intervención de su tío Manuel Bastidas la impulsó a no declinar y seguir de frente en la ruta trazada, donde acumula sendos podios y un título en Fisiología del Deporte en Miami University, con la beca que, por supuesto, ganó.
Fue entonces que su carrera se templó al profesionalizarse y ser parte de la LGPA (Ladies Professional Golf Association), un sueño cumplido gracias a su destacada actuación en importantes escenarios dentro y fuera de Estados Unidos, país en el que pasa gran parte del año debido a los circuitos en los que participa.
Es por esto que Daniela no vive ni aquí ni allá. Su vida es viajar y competir. Por ejemplo, hoy mismo se encuentra en Míchigan, la semana pasada estuvo en Ohio y la próxima será en otro destino al que el calendario de torneos la llame. ”Es difícil de entender, pero así es la vida de una golfista profesional. Ya me he acostumbrado luego de cuatro años con esta dinámica”.
Una forma de vida tan distinta y que Daniela disfruta porque le permite conocer gente y otras culturas en el ambiente deportivo que le apasiona. Sin embargo, atesora los momentos que puede compartir con la familia y amigos cuando está en Ecuador.
¡Tokio 2021!
A la joven deportista, la seriedad y la formalidad la preceden, con el mismo carácter que se conduce en los campeonatos donde se prende para sorprender con la capacidad y experiencia acumuladas en una sólida trayectoria. La distancia, dice, es su fuerte al competir; pero es la perseverancia la que la ha llevado donde está, ocupando los primeros lugares en el ranking mundial y lograr clasificar a las Olimpiadas de Tokio 2021. Una verdadera hazaña, pues es la primera vez en la historia del país que un golfista lo consigue.
Hay presión, mucha, pero la golfista está preparada psicológica y físicamente para dar batalla en este encuentro de trascendencia.
El día a día de una campeona
A su alrededor, un equipo multidisciplinario la ha acompañado de cerca en su desarrollo deportivo, sobre todo cuando hay torneos de relevancia en los Estados Unidos, como su entrenador desde hace más de 10 años, César Meza, quien ha sido una figura clave en su posicionamiento internacional. “César vive en Colombia, pero tratamos de vernos al menos cuatro veces al año. O voy yo para entrenar a Colombia, o él viene a Estados Unidos para acompañarme en algún torneo, pero siempre está presente; así como mi tío Manolo, que me ha ayudado tanto en mi carrera y mi vida. Están también mi preparador físico, Alenrry Díaz, y mi entrenador de juego corto, Víctor”. En tanto, Felipe Darquea, su primo, también sigue los pasos de la golfista y hará de caddie (asistente) en las Olimpiadas.
La dinámica de la profesional del golf es entrenar más de ocho horas al día e ir al gimnasio, apoyada en un bien planificado plan nutricional, con el afán de prepararse constantemente para la siguiente competición. El tiempo restante lo dedica a la lectura, un hobbie que disfruta enormemente, así como la natación, un deporte que practica como parte de su plan de preparación. La deportista dedica sus energías a seguir escalando en el ranking mundial y ser la número 1 del mundo. ¡Talento tiene de sobra!
Cara a cara
¿Siempre muy seria, Daniela? Sí, soy seria e introvertida pero cuando estoy con mi familia y amigos me suelto.
- Está en una posición privilegiada, ¿pero es rentable ser una golfista de élite? Sí, vivo de esto. Me va bien mientras tenga buenas participaciones internacionales. Pero sin mis auspiciantes no lo hubiera logrado. Ellos creyeron en mí y les doy gracias por eso.
- Tiene un título de Fisiología del Deporte con una especialización en Sports Medicine. ¿Piensa algún día dedicarse a ello? Mi madre es odontóloga y mi padre fue médico, por eso crecí en un ambiente clínico y me gusta eso. Mi carrera tiene que ver con prevención y trabajar con deportistas de élite, pero no tengo planes de dedicarme a ello porque pienso seguir dedicándome al golf.
- ¿Ha existido tiempo para el amor? Sí, he tenido esos sentimientos, pero han sido relaciones que no han prosperado. Viajar tanto no ayuda. Pero estoy bien y feliz como estoy hoy.
- ¿Su mayor logro en el golf? Ser miembro de la LGBA (Ladies Professional Golf Association). Fue mi gran meta y sueño y lo logré.
- ¿Su meta en los Juegos Olímpicos? ¡Ganar una medalla! La presión es interna porque siempre trato de superar mis límites y eso me mueve.
- ¿Hasta dónde piensa llegar? Hasta donde tenga salud. Mi mayor anhelo es ser feliz y disfrutar del golf.