Denise Klein: “El mundo no está hecho solo de mujeres delgadas”
A nivel local, es quien lidera la formación de modelos. A sus 64 años sigue posando y cuenta cuál es el rumbo del modelaje tras la pandemia.
Ha cesado de lloviznar, y el tradicional barrio Las Peñas tiene aroma a tierra mojada. La brisa fresca que entra desde los ventanales es aprovechada en ese instante por Denise Klein (64) para posar ante el lente de SEMANA.
En aquella casa vive con su familia desde hace más de cincuenta años. Rodeada de un barrio que respira arte.
Mientras fluye la entrevista, se aprecia su elegancia, que no tiene que ver solo con sus gestos, sino con sus palabras, relatos y buen gusto al vestir.
Está consciente de que la pandemia por la COVID-19 marcó un antes y un después en todos los espacios, incluido el sector del modelaje. Y ella ya se ha adentrado a esa dinámica, demostrando que tras aproximadamente cuarenta años de trayectoria, sigue liderando a la hora de formar modelos.
La ingeniera química detrás de la modelo
Nos recibe en medio de una agenda donde Denise ha retomado la enseñanza presencial de caminar por pasarela. Clases en donde seguramente despuntarán modelos de la talla de María Fernanda Cornejo, Alejandra Argudo, entre otras profesionales formadas por ella.
Sobre sus inicios frente a las cámaras, comenta que fue desde niña. Ella es la hija menor del matrimonio entre Yela Loffredo, conocida como la “madre de los artistas”, y Paúl Klein, un árbitro mundial de ajedrez, quien llegó a Guayaquil procedente de Alemania, en tiempos de guerras.
“Mi mamá me ponía en todo desfile que pedían por colaboración. Eran lindas épocas, tengo buenos recuerdos. Desfilaba cuando comenzaron a montar escenarios dentro de los centros comerciales. Uno de esos fue de Mi Comisariato, que en ese tiempo se llamaba El Rosado”, comenta.
Si bien al inicio su modelaje era empírico, luego comenzó a recibir preparación. “Manuel Wolf comenzó a preparar en su casa a un grupo grande de chicas. Junto a mí estaban mi hermana Vivian, María Fernanda Calvo, Susana Alonso, entre otras. Luego nos dio clases María Elena Vargas y después la Guga Ayala, que fueron modelos”, recuerda.
Con 1,71 m de estatura y silueta delgada logró ser contratada para diferentes desfiles. “Con las chicas recorrimos las principales ciudades del Ecuador. Viajábamos con nuestras madres. Ellas eran nuestra barra en ese tour”.
Su interés por seguir aprendiendo la llevó a viajar al exterior. “Me gustaba ver las tendencias al desfilar: el movimiento de brazos, el tipo de caminar. Todo eso va cambiando con el tiempo al igual que la ropa”, explica y agrega que en Nueva York pudo modelar en algunos eventos privados de moda junto con Lorena Gilbert y Ximena Carchi.
Sin embargo, el modelaje no era lo único que ocupaba sus días. Denise es egresada de la carrera de Ingeniería Química, y trabajó un período en los laboratorios de la Cervecería Nacional cuando aún la fábrica estaba en Puerto Santa Ana.
A la par, dio un salto a la conducción. Tras realizar un casting para anchor de noticias en TC Televisión, laboró ahí un año en el noticiero nocturno. Al inicio presentaba la información junto a Arturo Pérez, y luego de ese período, con Jimmy Jairala.
Después de esas experiencias, volvió a tomar su rumbo en el modelaje y junto con Gilbert abre una academia, y empiezan a dar clases bajo el nombre D’ Lorens. Sin embargo, Lorena se fue a vivir al exterior y es ahí cuando Denise comienza en Guayaquil la historia de la escuela y agencia de modelos Klasse. El resto se cuenta solo.
Con el tiempo su agencia comenzó a sonar fuerte, y en las calles de la Víctor Emilio Estrada, el corazón de Urdesa, se podía ver por varios días la larga fila de mujeres y hombres ante las convocatorias de castings. En los eventos más importantes estaban sus modelos y pudo enviar a algunos fuera del país. “A Diana León y Viviana Parra las envié a Milán. Luego Rebecca Santander en China”, ejemplifica.
Siempre bajo el concepto de que la modelo se debe formar de manera integral, y por eso el número de alumnas ha sido pequeño en las clases. “Me importa más la calidad que la cantidad. No me importa tener un gran número de alumnas, sino que salgan preparadas como modelos profesionales”.
Así ha visto crecer a muchas chicas y chicos, y con el tiempo ha mantenido amistad con ellos. “Son como los hijos que no tengo y los cuido como tal”, concluye.
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Sobre las soñadas medidas (90-60-90) y de altura que supere los 1,75m, ya no es un gran predominante en producciones fotográficas o comerciales. “Antes el prototipo era solo modelos flacas. Lo cual no me parecía justo. El mundo no está hecho solo de mujeres delgadas. Hay diferentes tipos de cuerpos. Más aún en Ecuador, las siluetas son curvilíneas. Sin embargo, hoy en día noto más inclusión. Se ve más apertura a los diferentes tipos de cuerpos”.
Lo mismo pasa con la edad. Sus 64 años no son un limitante. Denise continúa estando frente a las cámaras, ya sea en producciones fotográficas o comerciales.
“Ahora es todo lo contrario a lo que se pensaba antes, que la carrera de una modelo terminaba aproximadamente a los 35 años. Si se mira al exterior, hay incluso agencias donde solo hay mujeres mayores, y cada una con sus características. Se dieron cuenta que la clientela no es solo la gente joven”, precisa.
De ahí que descarta retirarse y piensa continuar explayando su esencia ante la luz del flash.
Rutinas beauty
La frescura que refleja Denise tiene una fórmula y es el secreto que logró revelar para SEMANA.
- Piel suave: Como soy ingeniera química yo mismo elaboro mis cremas, y tienen todas la vitaminas habidas y por haber. Además, nunca he fumado ni he bebido y eso ayuda a la piel.
- Ejercicios: Entreno una hora todos los días desde casa. Ahora estoy delgada por las preocupaciones, tras las pérdidas primero de mi mamá y luego de mi hermana Vivian.
- Alimentación: Soy 100 % vegetariana por respeto a la vida animal.