Día del Niño: Enséñales a actuar con inteligencia emocional
Gestionar adecuadamente las emociones permite al niño entablar relaciones sanas en la escuela y en el núcleo familiar.
Las emociones son un tema al que todavía no se le otorga la importancia que se merece dentro de la crianza del niño. Sin embargo, en las últimas décadas y con las nuevas generaciones, se le está dando apertura poco a poco. No tiene por qué esperar a que sus hijos sean adultos para que construyan su inteligencia emocional (IE).
El término hace referencia a la capacidad de contar con las herramientas claves para regular sus emociones y saber cuándo y en qué situaciones aplicarlas, ya sea para llevarse bien con los demás, superar obstáculos o simplemente para tener más confianza en sí mismo.
Y ¿qué nombre le ponemos?
Leer másAunque al principio pueda verse lejano y los temores de su funcionalidad emerjan, no significa que usted no pueda aplicarlo con su pequeño. Como todos los comienzos de cualquier proyecto, vale ir a paso lento pero seguros.
- De granito en granito
La primera persona que hizo referencia al término fue el psicólogo y periodista Daniel Goleman, quien también escribió un libro sobre el tema. En el texto explica la importancia de conocer las bases de la inteligencia emocional que se dividen en cinco partes: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales.
Suenan complicadas, pero Daniela Nugué, psicóloga clínica especializada en asesoramiento familiar, refiere que antes de aplicar estos conocimientos por sí solos, la mejor forma de ayudar a su pequeño a fomentar esta educación es ser su compañía y trabajar en equipo.
Entonces, dice la especialista, hay que empezar por la corregulación emocional. Ellos, en su etapa de desarrollo, todavía no saben manejar sus emociones, por eso es necesario que un supervisor los ayude a aprender como autorregularse y a conocer cómo validar lo que sienten en determinados escenarios.
Por ejemplo, si su hijo se cae y tiene ganas de llorar, no lo amoneste. Acérquese a él y ayúdele a reconocer que el dolor va a estar presente, pero que en un momento se irá al igual que su tristeza. El punto clave de este ejercicio es no perder la paciencia y que ninguno de los dos se estrese. Lo incorrecto es dejar que la reacción del niño se acreciente.
Gestionar de buena manera la inteligencia emocional le va a permitir forjar relaciones sanas en el ambiente en que se desarrolle, trátese de la escuela, con sus amigos o en su núcleo familiar.
Es fundamental que los padres sepan administrar sus propias emociones, porque ellos son para sus hijos el modelo a seguir.
- Los pilares de la IE
Autorregularse
Para la especialista Nugué, las emociones se dividen en agradables y desagradables. Las últimas muchas veces se las quiere ocultar, pero es algo imposible. Lo ideal es que los niños no dejen que la ira, el nerviosismo y el impulso gobiernen en su cuerpo. Hay que enseñarles que la calma es su mejor amigo y que cuando se presenten situaciones intolerables, permitan que ella los abrace y haga desaparecer lo desagradable.
Autoconciencia
Conocerse genera confianza en sí mismo. Esto implica que los niños reconozcan no solo las partes virtuosas, sino también los defectos: cómo reaccionarían ante determinada situación, sus estados de ánimo e instintos. Cuando se tiene conciencia de quién se es, se puede fomentar en ellos la autocrítica, capacidad que les va a ayudar, en el futuro, a tomar mejores decisiones.
La juventud está en sus manos
Leer másEmpatía
Hay ocasiones en que se prioriza el sentir de uno mismo y se ponen en segundo plano las emociones del resto. Ser empáticos es una buena herramienta para acercarse a otros, saber escucharlos, ponerse en su lugar y comprender cómo se sienten. Es una arista que les ayudará a entablar una cordial relación con los demás.
Motivación
Si desea que ellos logren sus objetivos de vida, esta es una herramienta necesaria para construir valentía, aspiración, constancia y tolerancia ante situaciones dificultosas. Al practicar la motivación desde la infancia, a futuro tendrán la costumbre de ser productivos y eficientes en todo lo que se propongan.
Habilidades sociales
Tal vez ha estado en presencia de alguien que por su amplio conocimiento puede catalogarlo de erudito. No obstante, su desempeño a la hora de interactuar con los demás es muy bajo. Saber cómo relacionarse a temprana edad es fundamental para el futuro adulto. Al combinar todas las bases que expone el psicólogo Goleman, el pequeño sabrá cómo actuar a conciencia y de forma asertiva con los demás.