DIARIO DE UNA MADRE EN CUARENTENA | Día 9: Entre paréntesis
'Diario de una madre en cuarentena' muestra los retos de una mamá para evitar que el coronavirus afecte su vida y la de los que la rodean.
No tengo ese sentimiento del que me hablaron un par de amigas ayer, el de haber puesto la vida entre paréntesis durante la cuarentena por el coronavirus. Hace cuatro meses que vivo en esta casa y estoy aprovechando para terminar de hacer nuestros algunos rincones que habíamos dejado desatendidos.
Sin embargo, hoy desperté y sentí que me había pasado un tren por encima. No me podía mover y ni siquiera una ducha fresca me animó. A mis hijos nos les pasaba lo mismo, así que me levanté con mucho coraje y bajé a preparar el desayuno, ordenar juguetes y trapear el piso como ya saben, una vez con agua y cloro y otra con agua y el líquido de siempre. Nada muy elaborado resultó: cereales, avena con canela, un poco de sandía, café y pan con mantequilla.
Mientras desayunaba pensé en tres amigas que están embarazadas luego de intentarlo mucho tiempo. Cada una en un lugar distinto del mundo, madres primerizas que buscaron durante años a esos hijos. Imaginé la angustia que podrían estar sintiendo y sentí unas ganas fuertes de escribirles, de decirles que no están solas, que todas las mamás estamos asustadas. Y que el miedo, ese pánico tan especial que sientes desde el día en el que te asumes como mamá, las va a acompañar el resto de sus vidas.
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Leer másEl mundo que nos toca no es fácil, aunque, como dice la Flaca, lo vamos a salvar quedándonos en casa. Pero el coronavirus ha hecho que Maitchu, Yani y Pame estén viviendo este momento tan hermoso de sus vidas encerradas. Una de ellas ni siquiera con el esposo (que está en cuarentena por un viaje). No saben si les da más miedo ir o no a los controles, a los que terminan yendo sin falta, si comprar cosas para los bebés por internet o no, si los couriers estarán desinfectando los paquetes, si esa comida que van a comer estará sana y todo tipo de angustia propia de la pandemia. Y propia de la maternidad.
No puedo dejar de pensar en la cantidad de mamás que no saben cómo van a alimentar a sus hijos, por lo que celebro por lo alto las iniciativas públicas y privadas que hay en los países para colaborar con esas familias. Si una puede, está en el deber de buscar qué puede hacer por los que peor la están pasando y ayudar. Porque si hay una lección que estamos aprendiendo es que de esta salimos todos o ninguno. No es que quiera sonar fatalista, pero sí estoy segura de que ya no seremos los mismos luego de la cuarentena. Vendrán tiempos de valorar lo que tenemos y, sobre todas las cosas, a “los” que tenemos.
No sé si a los hijos de mis amigas los podremos visitar ni bien nazcan. Tampoco sé muy bien con qué nivel de confianza ellas nos recibirán. Pero sí sé que, al llegar, ellos harán de sus vidas algo más liviano, más caótico, más dichoso, más pleno.
La vida de una madre en cuarentena no difiere mucho de la vida misma. Nosotras vivimos por nuestros hijos, en nuestros hijos. Da igual si trabajas fuera de casa o si elegiste ser mamá a tiempo completo, tomamos decisiones priorizando poder darles la mejor vida posible. Y a ellas se les viene la cuarentena del recién nacido pronto, así que, paciencia, amigas, que este año parece estar terco en hacerlas estar en casa. Sean ustedes la mejor casa para los pequeñitos.
Un ejercicio que hicimos mientras cenábamos fue pensar en nuestros amigos más queridos. ¡Y vaya que los queremos tanto! Lo hermoso fue darnos cuenta de que ya tenemos destino para nuestras próximas vacaciones. No es muy lejos de aquí, pero en esa ciudad vive demasiada gente querida. Y ustedes ¿a qué ciudad viajarían para abrazar a una amiga o a un amigo?
¿Cómo vive el toque de queda y la cuarentena por el coronavirus una madre de dos niños pequeños? Mira aquí todas las entregas de Diario de una madre en cuarentena.