El duelo en hermanos: claves para un proceso de sanación y crecimiento
La pedagogía de la muerte debe enseñarse en la casa y la escuela
El duelo tras la pérdida de un hermano, especialmente cuando la causa es el cáncer, es un tema que va más allá del dolor individual. Paula Hidalgo, investigadora de la Universidad de las Américas, que desarrollo un artículo científico sobre este tema, señala que "las relaciones entre hermanos son complejas y multifacéticas, y cuando se pierde a un hermano, el impacto puede ser especialmente profundo". Según la experta, la intensidad del duelo depende no solo del vínculo previo con el fallecido, sino también de factores como la cercanía, las dinámicas familiares y las creencias personales.
Tomar positivamente el duelo
La investigadora destaca que, aunque el duelo suele asociarse al sufrimiento, también puede ser una oportunidad para el crecimiento personal. "Muchos hermanos demuestran mayor madurez, apertura a nuevas perspectivas y un sentido renovado de los objetivos de vida", menciona Hidalgo. Además, resalta que algunos sobrevivientes experimentan una resiliencia reforzada y un fortalecimiento de las relaciones familiares, especialmente cuando reciben el apoyo adecuado en cada etapa del proceso.
Para lograr un duelo más saludable, la docente subraya la importancia de la comunicación y la participación activa de los hermanos en el proceso de atención. "Es fundamental que los niños y jóvenes no se sientan excluidos. Brindarles información clara, permitirles participar en el cuidado y ofrecerles un apoyo diversificado, más allá de la enfermedad y el duelo, son aspectos esenciales para su bienestar", explica. Además, considera que los padres y cuidadores necesitan herramientas efectivas para abordar estas situaciones con sensibilidad y empatía.
El trabajo debe ser coordinado
El trabajo coordinado entre profesionales de la salud, instituciones educativas y la comunidad es clave para brindar un acompañamiento integral. "La pedagogía de la muerte debe estar presente en todos los niveles educativos, permitiendo a los niños y adolescentes expresar sus emociones sin miedo", sostiene la investigadora. Asimismo, sugiere que las comunidades ofrecen espacios seguros para la expresión y la sanación, mediante grupos de apoyo, actividades recreativas y dinámicas familiares que promuevan el bienestar emocional.
Finalmente, la especialista invita a reflexionar sobre la importancia de visibilizar el duelo en los hermanos. "No se trata solo de superar la pérdida, sino de aprender a convivir con ella, transformando el dolor en amor y el vacío en aprendizaje", concluye. Su investigación aporta una mirada profunda y humana sobre el duelo en niños y adolescentes, abriendo un camino hacia un enfoque más empático y consciente frente a la pérdida.
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