Que los estereotipos de género no arruinen las fiestas
En casa, hay roles que se ‘asumen’ exclusivos para mujeres y hombres, más aún en Navidad y fin de año. ¡A
cambiar el chip!
Estar en la cocina, limpiar la casa, cuidar a los niños, vestirlos, empapelar los regalos, servir la mesa. Ser una señora y ama de casa. A aquello dedican su tiempo Lorena (nombre protegido) y sus hermanas cada vez que se reúnen en casa de una de ellas para Navidad y fin de año.
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Leer más“Por lo general, mi esposo y los demás hombres de la familia suelen pasar en la sala, eligiendo la música, poniéndose de acuerdo sobre las bebidas que van a comprar o hablando de política, fútbol”, dice sobre lo que tradicionalmente hacen en estas festividades. “Pero no solo ellos. Desde chica, incluso no recuerdo haber visto a mi padre o tíos en el corre corre de vestir a los nenes o estar en la cocina... Ah, pero con el año viejo, sí. Eso es tarea de ellos”, agrega entre risas.
Si bien las mujeres han avanzado mucho en las últimas décadas en cuanto a temas de brecha de género, puertas adentro conviven en un entorno de desigualdades en la repartición de tareas, y es debido a los estereotipos que van transmitiéndose en cada generación.
Según datos de las Cuentas Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares (CSTNRH) publicado por el INEC, de 66 actividades destinadas para el hogar, 51 las realizan en mayor proporción las mujeres.
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Leer másEl problema es cuando se sobrepasa o cuando realmente son conscientes de que no es del todo justo que en casa unos estén trabajando y otros no. Más aún en esta época de fiestas, cuando debe primar la buena convivencia.
En SEMANA dialogamos con expertos sobre qué hacer para sacar ese chip y evitar la tensión en el hogar, sobre todo cuando hay niños.
Corresponsabilidad en familia
Es importante traer a colación un concepto que ayuda a reflexionar por qué las labores domésticas han recaído ‘por tradición’ en las mujeres. De acuerdo con el portal de las Naciones Unidas, “un estereotipo de género es una visión generalizada o una idea preconcebida sobre los atributos o las características o los papeles que tienen o deberían tener o desempeñar las mujeres y los hombres... Por ejemplo, la visión tradicional de la mujer como cuidadora significa que las responsabilidades del cuidado de los niños suelen recaer exclusivamente en ellas".
Para acabar con eso, se contrapone el concepto igualdad de género, que se refiere a “iguales derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”, según la misma fuente.
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Leer másPor tanto, el sexo con el que hayamos nacido nunca va a determinar las responsabilidades o tareas que se vayan tener a lo largo de la vida. ¿Pero se lo lleva a la práctica puertas adentro? La evidencia ha demostrado lo contrario.
“Este tipo de estereotipos se refuerza en las familias donde hay machismo o donde la mujer ha adoptado esa posición inconscientemente por querer abarcar con todo”, explica María Gracia León, psicóloga y máster en terapia de familia y pareja. Si la causa es por pensamientos machistas, León enfatiza el hecho de que las tareas deben ser de ambos. “No es que el hombre está ayudando a la mujer, sino que es parte de su responsabilidad y rol. Y si no lo practica, debe modificarlo para que no haya desigualdad doméstica no solo en Navidad o fin de año, sino en la cotidianidad”.
A eso se le llama corresponsabilidad, es decir, un reparto equitativo o responsabilidad compartida y asumida por dos o más personas.
Y es importante hacerlo en familia, sobre todo si hay hijos pequeños, para que ellos no adopten estereotipos desde una temprana edad.
La nueva masculinidad
Para avanzar en derribar ciertas conductas en casa, es importante entender la ola sobre nuevas masculinidades que tiene que ver con el deseo de muchos varones de crear y vivir en una sociedad igualitaria. Es decir, se deconstruyen los roles asignados tradicionalmente a los hombres.
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Leer másA criterio del psicólogo Samuel Merlano, “esa nueva masculinidad vuelve al hombre más empático con la familia y la pareja, expresa más sus emociones y se vuelve más colaborador”.
Entonces, si tradicionalmente, se ha considerado que el esposo solo ejerce la autoridad y el rol de proveedor, en esta nueva ola, eso resulta modificable. “Para ver cambios, es necesario que el hombre tenga una comunicación asertiva, en la que tienda a escuchar y resolver conflictos".
De esta forma, la visión de que el hombre esté lejano a tareas no solo domésticas, sino como padre, va a cambiar. “Los hijos verán un nuevo ejemplo de padre positivo, cariñoso, que incluso juega más con ellos y se involucra con el hogar”.
De las palabras al hecho, el experto sostiene que sí se puede ver ese avance en todo tipo de familia, “siempre y cuando el hombre muestre predisposición para crear un clima agradable en casa”. ¡A cambiar el chip!
Por una navidad 10 / 10
La corresponsabilidad en familia sí es posible. Para que no se estrese en estas fiestas, los expertos sugieren:
- Pensar en equipo. Previo a las fiestas, la pareja debe establecer las tareas que compartirán y entender que el género no limita lo que cada uno pueda hacer.
- Delegar. A medida que van creciendo, es esencial que los hijos adolescentes reconozcan que tienen mucho que aportar.
- Fomentar la autonomía. Enseñen a los niños más pequeños a vestirse solos, tender sus camas y arreglar sus cosas para que no todo recaiga sobre la madre.
- Mantener la calma: No se puede cambiar de un día para otro. Todo lleva su proceso. La clave es no gritar ni discutir para hacer que los otros participen. Debe lograrse que entiendan las razones y el objetivo.
Diciembre, la punta del iceberg
Según explica León, “en diciembre se remueven muchos sentimientos y, en algunos casos, puede haber frustración o soledad. De ahí que la Navidad perfecta no existe para todos”.
Si a esto sumamos una sobrecarga, como por ejemplo, tareas extras en el hogar, esto podría ser la punta del iceberg. Que algunas mujeres prefieran callar, no significa que no les molesten las múltiples tareas en casa, más aún en fechas en las que las emociones están a flor de piel.
“Afecta en el hecho de que uno de los miembros de la pareja deja de disfrutar como debería, que es equidad, mientras la otra está completamente desentendida de sus responsabilidades”, comenta. Agrega que los efectos también recaen en los niños, “ven que en casa hay desigualdad y lo más probable es que ellos repitan eso en su vida adulta”.
El mismo criterio tiene el psicólogo Samuel Merlano, quien alerta sobre el quiebre en la relación. “El estrés es uno de los síntomas principales en la mujer, luego viene ansiedad, depresión y la irritabilidad que desencadenarán una pelea entre los miembros de la casa”.
Es momento entonces de mirar puertas adentro y cambiar. ¿Está de acuerdo?