El estreñimiento, más que un problema de digestión

Tres de cada diez personas sufren de estreñimiento y aunque este puede percibirse como una condición benigna, hay casos en los que se vuelve crónico y puede generar otros daños. La nutricionista Cecilia Arteaga explica que esta condición conlleva más riesgos de los que imaginamos.

La profesional indica que la disminución de la frecuencia de evacuación está vinculada con eventos cardiovasculares, aumentando las probabilidades en 11% y 19% de desarrollar enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular isquémico, respectivamente.

Cita algunos ejemplos de cómo incide el estreñimiento en nuestra salud:

• Este aumenta con la edad y a menudo coexiste con factores de riesgo cardiovascular.

• Los cambios en la microbiota intestinal por estreñimiento pueden inducir aterosclerosis, a través de la inflamación crónica ocasionada por endotoxinas bacterianas.

• La tensión diaria crónica al defecar provoca un aumento de la presión arterial, lo que puede desencadenar eventos cardiovasculares, especialmente en personas con antecedentes cardiacos.

• ¿Tomamos laxantes para tratarlo? No precisamente. De hecho, el uso de más de dos laxantes de forma crónica y sin abordar otros factores desencadenantes del estreñimiento, se ha asociado también a un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas.

La nutricionista Cecilia Arteaga resalta que por esto es importante comunicar a un especialista si presentas esta condición para poder intervenir oportunamente, pues además esta afección se ha asociado con una menor calidad de vida, mayor riesgo de diverticulosis, cáncer de colon y recto.

Y explica cómo puedes saber si estás con estreñimiento. Ocurre si hay esfuerzo al defecar, deposiciones duras, sensación de evacuación incompleta y/o obstrucción defecatoria.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

• Abordar los factores desencadenantes: estilos de vida, nivel de estrés, enfermedades asociadas, entre otros.

• El aumento de fibra a través de vegetales, frutas y legumbres, una correcta hidratación, hábitos de evacuación adecuados, actividad física y manejo de estrés, son las primeras líneas de tratamiento.

Sin embargo, aclara que cada caso es un mundo diferente y que se debe personalizar según la necesidad.

Eso sí, al hablar de adecuados hábitos de evacuación se refiere a:

• Establecer horarios o un tiempo definido para evacuar. Generalmente en la mañana suele haber un mayor estímulo para ello o después de las comidas debido a la mayor motilidad del sistema digestivo.

• Responder al estímulo de evacuación cuando se presenta. Aplazar la evacuación puede generar alteraciones en los hábitos de defecación.

• Generar un ángulo adecuado para evacuar.