Menstruación: ¿Puede el estrés alterar el periodo?

A la frase “no me baja” suele seguir una prueba de embarazo, cuando se trata de una persona sexualmente activa y en edad fértil; pero no es el único motivo —aunque sí lo primero que se debe descartar— por el que puede darse el retraso o la interrupción de un periodo: como lo vimos en este artículo, hay una serie de razones por las que sucede y el estrés también figura en la lista.

En tiempos de crisis mundial, como lo es la pandemia del COVID-19, ese es un factor al que resulta necesario prestar atención, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el impacto psicológico de la emergencia sanitaria actual se refleja en las tasas elevadas de estrés o ansiedad, que tiene efectos en el bienestar general, siendo uno de esos aspectos la salud reproductiva.

Parte de los estragos se evidencia en los desajustes menstruales. La Oficina de Salud de la Mujer de EE.UU. (OWH, por sus siglas en inglés), indica que, en general, experimentar ese estado de tensión de manera crónica o permanente puede derivar en periodos irregulares. Asimismo, puede afectar la parte del cerebro que controla la reproducción: “como resultado, la ovulación y periodo pueden detenerse”.

• Pero, ¿de qué manera se altera el periodo bajo estas condiciones?

La ginecóloga y obstetra Jessica Chang dice a Buena Vida de Diario EXPRESO que durante la cuarentena se registraron cambios en el patrón de la menstruación, presentándose, entre otros casos, los de pacientes a las que no les llegaba. “Va a repercutir en su ciclo porque el ciclo nos determina cuando ovulamos y cuando no. Algunas pacientes han necesitado de anticonceptivos; se les hace súper difícil salir a buscarlos, encontrarlos. Esto ha repercutido en la menstruación”, explica.

Apunta que dentro de las causas de amenorrea —o la ausencia del sangrado— se encuentra el estrés. Al registrarse un aumento de cortisol, hormona segregada en respuesta a este, la liberación de las hormonas de las que depende el ciclo “no se da de manera rítmica en el momento en que nosotros vamos a menstruar”, indica la doctora, en referencia a los estrógenos, progesterona, FSH y LH.

El aumento de cortisol, sostiene Chang, provoca que los estrógenos bajen y que el endometrio —tejido que recubre el útero— no crezca. Si este no crece lo suficiente, advierte, “no habrá una descamación que es lo que se llama menstruación”.

• ¿Qué otros factores generan desajustes menstruales?

Sin embargo, hay más factores que generan el retraso o la falta de un periodo. El uso de anticonceptivos, los trastornos alimenticios y padecer ciertas enfermedades, son solo algunos. Sobre el primero, recuerda la experta, que son hormonas y que entre sus funciones está justamente regular la menstruación. "Los anticonceptivos han evolucionado a lo largo de la historia y se han creado justamente para adelgazar el tejido endometrial". Añade que tomarlos puede "adelgazar tanto el endometrio y no vas a menstruar". 

Además señala que “la delgadez extrema puede causar que no liberes hormonas; la obesidad, que los ciclos ovulatorios y los ciclos menstruales se vean enlentecidos. Por lo tanto, también va a afectar”.

“Hay personas que también sufren de enfermedades tiroideas, como el hipertiroidismo, también puede causar amenorrea”, expone Chang, quien advierte que lo principal al notarse la ausencia de la menstruación en una persona sexualmente activa es realizarse una prueba de embarazo. Una vez que esa posibilidad queda descartada, y si se extiende por más de un ciclo, es importante realizar una evaluación hormonal.

• ¿Qué hábitos es importante adoptar para lidiar con el estrés?

La doctora explica que a las pacientes con amenorrea, una vez se determina una buena historia clínica, exámenes hormonales, y se considera que es por factor estrés, se les recomienda “un patrón nutricional adecuado”, implementar actividad física, además de reconocer la situación apremiante para aprender a gestionarla. “Si es algo que sale de su control, por ejemplo, irritabilidad, ansiedad, una depresión, cansancio”, señala Chang, se aconseja incluir asistencia psicológica para complementar la ginecológica.