Frida Kahlo
La exposición hace un recorrido por la vida y trayectoria de la artista.Cortesía

Una exposición que va más allá de la ‘fridomanía’

‘Alas para volar’ muestra a la Frida pintora, a la intelectual, a la que retrató la imagen femenina de una manera que no se hacía en aquella época

El aborto y la maternidad, los femicidios, la naturaleza, la esencia mexicana o la herencia prehispánica son algunos de los temas presentes en ‘Alas para volar’, una exposición con 31 obras originales y 91 fotografías de Frida Khalo con la que la Fundación Casa de México en Madrid reivindica a la artista mas allá de la ‘fridomanía’.

La muestra, abierta hasta el próximo noviembre, comprende además algunas páginas del diario de la artista procedentes de dos colecciones privadas: una anónima y otra del museo Dolores Olmedo, la colección más grande del mundo en cuanto a obras de la autora, y cuyas piezas no se exponen en España desde el año 1985.

“A partir de los años setenta, cuando explotan todas las corrientes feministas en Europa y, diez años más tarde, cuando artistas como Madonna empiezan a utilizar su figura, Frida se convierte en un personaje mundialmente conocido, en un boom, y empezamos a vivir una ‘fridomanía’”, explica la historiadora del arte y responsable de las visitas guiadas de la Fundación, Raquel Colaco.

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El objetivo de la exposición era destacar “a la Frida pintora, a la intelectual, a la que retrató la identidad mexicana, el cuerpo femenino y la imagen femenina de una manera que no se hacía en aquella época”, prosigue Colaco, al tiempo que recuerda que su iniciativa artística verdaderamente no llegó hasta después del accidente que sufrió, junto a su entonces pareja Alejandro Gómez Arias, en 1925.

Las obras se articulan en torno a cuatro núcleos: “tradición y modernidad”, donde el género protagonista es el retrato; “dualidad, vida y muerte”, para representar el ciclo de la vida; “alas rotas, dolor y esperanza”, en la que Kahlo retrata el aborto y un caso de femicidio, y “naturaleza viva”, donde prima la representación de los bodegones. La historiadora recuerda que Kahlo partió de un estilo marcado por la “tradición más europea”, como sucede en el ‘Retrato de Alicia Galant’, donde se aprecia a una mujer blanca que no mira de frente.

Sin embargo, tras contraer matrimonio con el artista Diego Rivera, su técnica viró hacia la construcción del nacionalismo mexicano y la preocupación por la cuestión racial. De esta manera nacen los retratos de ‘Eva Frederick’ o ‘La niña Virginia’, donde se aprecian los colores del arte popular mexicano y la figura del ‘exvoto’ como una suerte de ‘cinta’ con una explicación de la pintura.

De la segunda sala, Colaco destaca ‘Mi nana y yo’ una obra que muestra el rostro de una Kahlo adulta en el cuerpo de un bebé donde se narra la historia de cómo comenzó a amamantarla una nana, después de que su madre dejara de hacerlo por el nacimiento de su hermana Cristina.

Una de las piezas más emblemáticas de la colección es la litografía ‘El Aborto’, el único grabado de toda su obra realizada después de sufrir su segundo aborto en 1931. Más allá del dolor de la pérdida, en ella se manifiesta el interés anatómico de la artista ya que, antes de interesarse por la pintura, Kahlo deseaba ser médica.

El humor negro y la denuncia a propósito de la noticia de un caso de femicidio en 1935 también se hace presente en la muestra de la artista, por medio de la pieza ‘Unos cuantos piquetitos’ que se integra en un marco salpicado de sangre.

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“Esta es la frase que, al parecer, dijo el asesino en el juicio”, detalla la historiadora a la vez que explica que, según la declaración de la policía, fueron veinte puñaladas.

La colección culmina con ‘La columna rota’, pintura que representa el deterioro físico y emocional de la mexicana, por medio de la sustitución de su columna vertebral por una de estilo jónico de apariencia resquebrajada cuyo boceto figura en el diario de la artista.

Además de las obras originales, la directora de la Casa de México en Madrid, Ximena Caraza, recuerda que durante los próximos siete meses estarán disponibles en la Fundación seminarios de la vida de Kahlo, películas e incluso talleres de cocina de sus platos favoritos.

La exposición se centra no solo en la compleja producción artística de la pintora mexicana, sino en la humana. Explora el contexto biográfico y la parte íntima; invita al espectador a disfrutar lo estético y a comprender el momento histórico en el que vivió. Busca rescatar sus contribuciones a la historia de la pintura en dos aspectos fundamentales: la construcción del nacionalismo mexicano y el retrato del cuerpo femenino.