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Indiferente de la religión, la mayoría de las personas se aferra a un Dios o ser supremo. Lo hace como un acto de fe.Shutterstock: deemerwha studio

La fe como soporte: desde Dios hasta los mantras

Estudios coinciden en el hecho de que poner la esperanza en un poder supremo influye a nivel psicológico sobre todo ante una situación de crisis. 

Los jueves a las seis de la tarde, cientos de personas en una iglesia del centro de Guayaquil se arrodillan ante el Santísimo. En un día cualquiera, entre caminos donde no ha llegado la regeneración, dos hombres rubios de camisa blanca y corbata tocan timbres para contar que Jesús vivió en América. En otro sector, en cambio, dentro de un estudio de yoga, un grupo de jóvenes repiten un mantra budista.

Indiferente de la religión, la wmayoría de las personas se aferra a un Dios o ser supremo. Lo hace como un acto de fe.

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De acuerdo con la encuesta de opinión pública Latinobarómetro realizada en 2018, un 92 % de los encuestados ecuatorianos tiene algún tipo de afiliación o creencia religiosa; de los cuales, el 74,8 % se identifica como católico; el 15,2 %, como evangélico; y el 1,2 %, como testigo de Jehová. Pero también hay el 1,4 %, que se identifica como miembro de otros grupos religiosos, entre esos, adventistas del séptimo día, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia de Jesucristo), judíos y otros que prefieren usar herramientas como mantras, meditación guiada, y más prácticas ligadas a lo holístico.

En algunos casos, todas estas personas conviven en una misma cuadra, barrio. Tratan a través de sus creencias dar solución a una crisis generalizada que estén pasando, conectarse mejor consigo mismos o tener mejores días.

Estudios, psicólogos, instructores, creyentes coinciden cómo la fe influye a nivel psíquico, físico y mental en los tiempos de hoy en día.

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Aferrarse a la religión puede constituir una gran ayuda ante situaciones dificultosas.Pixabay

  • Confort pospandemia

Hace tres años, a María Beatriz (divorciada y madre de dos niños) ni se le ocurría ir a orar a una iglesia. Pero desde que su caso se convirtió en un número más en las estadísticas de desempleadas, y la crisis la agobió, recuperó su fe.

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“Hicieron recorte de personal en la empresa. Y en ese mismo año, uno de mis hijos enfermó con neumonía a causa de la COVID-19. Fue en el hospital cuando empecé a recapacitar. Allí en esa habitación compartida había otra mamá, y ella me prestó su Biblia para juntas orar por nuestros pequeños”, recuerda.

Desde ese día su fe se ha vuelto inquebrantable. Y, a los 38 años, siente que el grupo de su parroquia es una red para ayudarse entre todos.

“Cuando uno toca fondo, como se suele decir, no hay otro camino que alimentar el espíritu”, agrega.

En general, aferrarse a la religión constituye una gran ayuda ante las situaciones como las que se han venido desencadenando desde la pandemia, donde ha habido mucho estrés, incertidumbre, pérdidas y más.

De hecho, diversos estudios lo confirman, como el realizado por el profesor de Psicología Michael Inzlicht de la Universidad de Toronto, quien concluyó que “las personas más activas en las comunidades religiosas tienden a tener niveles más altos de bienestar, pues la fe religiosa ejerce un efecto tranquilizador que les hace estar menos predispuestos a sentir ansiedad en dificultades”.

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De acuerdo con otra investigación, realizada por el Instituto de Ecología Humana y el Departamento de Sociología de la Universidad Católica de América con sede en Washington, reveló que la mayoría de los participantes incrementaron la oración, la lectura de las Escrituras y la importancia de la fe desde la pandemia, y esto les ayudó a recuperarse mejor de los estragos en la salud mental.

Es ese entonces, el gran motor que mueve el mundo. A criterio del Dr. Samuel Merlano, psicólogo clínico, “no debe sorprender que por la fe en esto los pacientes tienen una visión más positiva ante el futuro. Se sienten con ganas de luchar y de afrontar cualquier situación, al punto que atraviesan la dificultad con una mejor actitud”. Esta religiosidad, a su vez se torna saludable para el individuo. “Las emociones son transformadas en positivas tales como la esperanza, la autoestima, el amor y otras que van beneficiando la salud psíquica y física. Es decir, influye en todos los elementos intrínsecos del ser humano para enfrentar mejor su presente y futuro”.

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El yoga no es una religión, es una filosofía de vida, que acerca a esa esencia espiritual que muchos están buscandoFreepik

  • La meditación como recurso poderoso

Existe otro grupo, cada vez más creciente, que se está volcando al yoga, la meditación y espiritualidad, y en parte se debe a que la ciudad de Guayaquil se ha vuelto consecutivamente en un lugar de encuentro para congresos sobre estas temáticas.

En sí el yoga no es una religión, es una filosofía de vida, que acerca a esa esencia espiritual que muchos están buscando.

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Brenda Ferreira, profesora, explica que mientras se van adentrando a esta práctica se van aprendiendo técnicas de respiración, meditación, e incluso con mantras, que de una u otra forma ejercen un efecto sobre el cuerpo, la mente y el espíritu.

”Se vuelve en el propio arquitecto de su vida, aprende a poner intención sobre las cosas que quiere lograr, y sobre todo a conectarse consigo mismo, eso hace que tenga un crecimiento espiritual. Y puede reaccionar mejor ante cualquier situación desconocida en su día a día”, explica.

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Los mantras suelen ser esa herramienta que le da soporte al practicante de yoga. “Man” significa pensamiento, y “tra” proteger o liberarse. Se puede traducir entonces como “pensamiento liberador” o “pensamiento protector”. Se dice que cuando se pronuncian, protegen contra las constantes vacilaciones de la mente, e incluso ayudan a desbloquear los 7 chakras o centros de energía del cuerpo. El más conocido e importante en el mundo de la meditación es el OM pues se considera que es la vibración de la cual se originó el universo.

El ser humano nació para creer en algo, ya sea que lo llame Dios, Ser Supremo, u otro, es lo que le va a dar esperanza, y le va a permitir encontrar respuestas e incluso sanar”, concluye Ferreira.

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