Feliz (feminista) Navidad
OPINIÓN. En estas fiestas, usemos a las cifras como aliadas para hablar, en las reuniones familiares, sobre esos temas que nadie quiere escuchar.
Durante años, he guardado mi opinión en la cena navideña familiar. Otra cucharada de relleno para no hablar sobre mi postura sobre el aborto, por favor. Un poco más de pavo para no decirle en la cara a alguien que lo que está diciendo es machista.
A veces es un tío, a veces una tía, una prima, o tu propio papá. Siempre hay alguien que se lanza un comentario sexista. Las reuniones familiares son el espacio perfecto para esas situaciones.
Me ha tocado ver escenas en las que uno de los miembros de la reunión no es capaz de servirse su propio vaso de whisky, porque lo espera de su esposa (a ella le corresponde ese rol de servicio, porque... mujer). He tenido que soportar que hablen de hombres como ‘locas’, algo que no solo es homofóbico, sino además utiliza la idea de lo femenino como un objeto de burla. En una reunión familiar, una vez, un hombre pretendió explicarme lo que significa la feminidad.
Y Navidad es la época donde este machismo llega a tope, con las madres metidas en la cocina, mientras los hombres del hogar disfrutan en la sala, de una buena conversación.
No he querido incomodar: Navidad es época de paz, dicen. Pero tengo opiniones (¡sorpresa!) y estoy cansada de tragármelas.
A mí no han tenido que pedírmelo de favor, pero me he autocensurado: “no hables de religión, no hables de política”, me repito. “Es una noche paz, de amor, para compartir en un espacio íntimo”.
Pero, si la intimidad es política, ¿por qué debo seguirme reprimiendo?
Desde el 1 de enero al 18 de noviembre de este 2019, se han registrado 95 femicidios en Ecuador. Si los contamos desde 2014, año en que se tipificó el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, suman 720. Sí, en nuestro país matan a una mujer cada 70 horas. Si queremos hablar de la realidad nacional, hablemos de eso, ¿no?
Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 6 de cada 10 mujeres son víctimas de maltrato dentro y fuera del hogar. Es decir, que en esos mismos espacios donde comemos pavo y tomamos champagne, las mujeres están siendo maltratadas. ¿Por qué no mejor brindamos para que eso cambie?
En una entrevista con EXPRESO, Rossana Viteri advertía que en los últimos tres años en Ecuador, cada día, 7 niñas de entre 10 y 14 años dan a luz. Todas ellas, víctimas de abuso sexual.
Mientras tanto, a inicios de diciembre se conoció que el presupuesto para la prevención de embarazo adolescente, que era de USD 5,6 millones, quedó —en la proforma 2020— reducido a cero.
Nosotras hemos tenido que escuchar de todo. Que cuándo se va a casar la prima soltera, que las mujeres deben servir la comida, que una no debería tomar tanto porque es mujer, que mejor no lleves el pañuelo verde, que no digas, que no opines, que no pienses, porque incomodas.
¿Por qué tenemos que quedarnos calladas?
Amigas, amigos, amigues, feministas, aliados, aliades, gente sensata, gente que se cansó de reprimirse en la cena: saquen estas cifras, hablen de lo que nadie quiere escuchar y tengan una feliz (feminista) Navidad.