La fundación Procare alista su bingo virtual y la venta de fanesca

En Guayaquil ya no se escuchan los gritos de “¡Bingo!” en las calles ni en los auditorios en los que las fundaciones organizaban sus grandes eventos. El bullicio “binguero” se apagó por las restricciones generadas ante la pandemia del COVID-19, por lo que instituciones como Procare, que encontraban en este tipo de actividad su mayor fuente de ingresos para continuar con su labor solidaria, tuvieron que ajustarse.

Si sus grandes eventos eran masivos y ahora están prohibidos para evitar contagios, ¿cómo harían para mantenerse? Los voluntarios de la fundación, que en abril pasado debieron olvidarse de otra de sus actividades reconocidas como lo era la venta de fanesca por Semana Santa, comenzaron a ver opciones. ¿Y si buscaban otra forma de hacer el bingo?, ¿y si vendían fanesca en julio?

Fue el momento en que inició el diseño de un plan en el que recodaron el juego del año pasado en el Centro de Convenciones de Guayaquil, con más de 700 asistentes y algo más de 5.000 dólares de ingresos. No querían dejar morir su actividad tradicional y ver irse con ella la posibilidad de seguir con el programa de formación integral en valores y liderazgo a 680 niños de escasos recursos de la ciudad.

Sabían que debían adaptarse a la tan mencionada nueva normalidad, así que pensaron en convertir a su gran bingo en uno virtual, el primero de Guayaquil, dice Laura Alvarado, directora administrativa de la fundación.

Esperan que la ciudad que reúne a los amantes de los bingos les dé una oportunidad para cumplir su gran meta, que es seguir con su labor, aunque también modificándola y haciéndola virtual. Para ello entregarán a los chicos kits didácticos de formación en valores, que irán acompañados de videos como un soporte digital.

Pero hay algo más: el dinero recaudado con este y otros eventos que alistan servirá para llevar canastas a los 680 niños y adolescentes, con alimentos suficientes para que duren dos meses. Las entregas, que empezarán en julio, serán tres.

Por ello, en este evento están poniendo más creatividad que la acostumbrada. Crearon un reglamento, pues esta actividad no será como la que el público está acostumbrado. Aquí no se gritará “¡Bingo!”, sino que se lo escribirá en los comentarios de la transmisión de Facebook Live, que se hará desde la cuenta de la institución este sábado 27 de junio de 2020, a partir de las 17:00.

Además, si el dueño de la tabla ganadora no está conectado al momento del juego, igual se le entregará el premio, pues han considerado que pueden darse imprevistos como una mala conexión de internet o un corte de energía eléctrica.

Las personas que compraron hasta el domingo sus tablas para el bingo, en el que el premio mayor es de 1.500 dólares, las recibieron de manera física en sus casas. Quienes desde ayer participan, obtienen las tablas a través del correo electrónico.

Lo único que no variará en esta actividad es que del otro lado de la pantalla habrá una persona cantando los números de la manera tradicional y mostrando las bolitas. En una pantalla ubicada detrás de ella, se verán los números que ya han aparecido. Han pensado en cada detalle. El grupo de voluntarios asesora a quienes no conocen mucho de tecnología sobre cuál es la manera en que se aplicará este nuevo formato para el que contrataron el servicio de una empresa.

Hay algo más que variará. Como son pioneros en los bingos virtuales en la ciudad, no quieren que este sea el único del año, por lo que este sábado anunciarán nueva fecha.

Y apenas termine el bingo, empezarán con la planificación de la fanesca. No habrá que esperar a Semana Santa para degustarla y colaborar con la fundación. Aunque en abril les resultó imposible la preparación y entrega por encontrarse Guayaquil en el pico de la pandemia, han decidido que no dejarán pasar este año sin ofrecerla al público.

Esta vez habrá fanesca en julio. No será en el tiempo que se acostumbra a consumirse, pero la idea es que esta actividad no deje de realizarse, aunque se lo haga de manera tardía.

Seguirán el mecanismo que usaron para la comida criolla de mayo pasado, en que los pedidos se recibieron a través de WhatsApp y se entregaron a domicilio. Además, buscan otras opciones de ingreso, como la realización de charlas magistrales. Así se irán adaptando.