Cómo la gratitud puede cambiar tu perspectiva de vida

¡Gracias! Una palabra que se dice fácil y que la usamos varias veces en el día, pero que rara vez significa algo realmente importante. Decimos gracias por compromiso, pero no entendemos el peso de una actitud de agradecimiento. Cuando notamos su valor, nuestra vida se vuelve más plena y armónica.

¿Difícil de creer? Hagamos la prueba. Pensemos en tres cosas por las que agradecer hoy: despertamos en una cama y bajo un techo, tenemos personas que queremos y nos quieren y cada día podemos aprender algo que nos permita ser mejores seres humanos. ¡Listo! Hemos sido gratos con los beneficios y privilegios que tenemos y que, desafortunadamente, muchas personas no tienen.

Sin importar lo duro que sea el momento que estemos viviendo, siempre hay algo por lo que agradecer. Siempre se puede rescatar un punto positivo de cualquier situación y siempre se puede tener una perspectiva diferente de un suceso.

Vamos con otra prueba. El fracaso se entiende como un error o una falla que nos sumerge en la duda de nuestras capacidades o en una profunda tristeza por no lograr un objetivo. Sin embargo, si convertimos al fracaso en una oportunidad de cambio y mejora, tendremos algo por lo que agradecer. Quizás ahora mismo el fracaso reciente no se sienta como algo digno de agradecimiento, pero con el tiempo, con las experiencias y con lo que vendrá después, seguro esa supuesta falla será el primer día del nuevo tú y de tus futuros logros.

Un ejercicio diario

Agradecer no se limita a pensar en tres cosas buenas, también se refleja en como tratamos a nuestro entorno. Podemos dar las gracias sinceras y verdaderas a las personas que nos ayudan día a día. Estamos hablando del personal de seguridad, de los recolectores de basura, del vendedor de alimentos, de nuestros vecinos y amigos, de quien nos cedió el paso el día de hoy. Todos tenemos a alguien a quien dar las gracias.

Y esto cobra aún más valor cuando nos referimos a nuestros seres queridos. A veces, damos por sentado que las personas que amamos lo saben, pero no perdemos nada diciéndoles en voz alta cuánto agradecemos su esfuerzo, cariño y comprensión. Un abrazo, un beso y un gracias pueden mejorar el día de cualquiera.

De mi parte, agradezco que te hayas detenido a leer esta columna. Agradezco poder transmitir mis ideas a todo aquel que desee escucharlas y mi gratitud se extiende a quienes se animen a compartir estos mensajes. Agradecer es un círculo virtuoso que nos beneficia a todos.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!