Hija adolescente, papá exigente
Conozca cómo sobrevivir y a la vez acompañarla en esta etapa llena de confusiones y cambios.
La adolescencia es conocida como el duelo de la infancia que ocurre entre los 12 y 17 años. Este temido período puede convertirse en un terremoto para la armonía familiar, ya que es una etapa convulsa en la que los chicos atraviesan conflictos internos y cambios físicos en la búsqueda de su independencia y el desarrollo de su personalidad.
Las emociones a flor de piel, el enamoramiento y la sexualidad son algunos de los temas que los adultos deben abordar con sus hijos para guiarlos por este camino donde la sociedad y los amigos tienen un peso significativo.
Aunque existe la creencia que en el campo de las emociones es mamá quien lleva la batuta y papá quien ejerce disciplina, cuando una pareja tiene una hija adolescente los padres relegan toda la responsabilidad de tratar tópicos “sensibles” a las madres, sin tener en cuenta que ellos también son necesarios para el desarrollo afectivo de la menor.
“Al papá en un hogar se lo ve aislado o frío en el aspecto sentimental, por eso las niñas buscan a mamá, esta distancia hace que esa adolescente no pueda descubrir qué piensa el lado opuesto a ella. Mientras que hablar con él le da una perspectiva más amplia de la vida para conocer al sexo opuesto con quien se va a relacionar más adelante en distintos ámbitos”, puntualiza la psicóloga Sara Rivadeneira.
El rol de papá
La crianza es mucho más que reglas, castigos y premios, por lo que, si usted es un papá exigente de los que cree que en esta fase lo mejor es la obediencia, debe tener en cuenta que su papel va más allá de eso, y enfocarse en comprender y ofrecer a su hija:
- Sentido de protección: poder contener sus emociones, escucharla y decirle que está allí para ella.
- Guía: instruirla sin exigir lo que tiene que hacer sino aconsejarla en sus decisiones.
- Proveer recursos: no solo financieros sino habilidades para resolver conflictos.
- Educar con valores y ejemplo: para modelar el carácter en su relación con los demás.
- Dar y recibir amor: hacer que su hija se sienta amada y en la capacidad de amar.
El correcto funcionamiento de la relación con papá ayuda al crecimiento de la personalidad, autoestima y éxito en la vida, esa joven conocerá su valor y tendrá relaciones mucho más sanas
Cuidado con la sobreprotección
La experta aconseja que como padre debe recordar que no todos sus hijos son iguales, además que deben ser responsables de sus acciones y tener independencia emocional.
“Cuando una adolescente ha recibido sobreprotección por parte de su padre el resultado es que cuando esa joven sea adulta tendrá baja autoestima no por falta de amor sino por creer que no es capaz de valerse por sí misma”, puntualiza la especialista.
Amor y sexualidad
- Al principio cuando aborde estos temas hágalo con la mamá presente.
- Realicen actividades familiares de debate sobre estas áreas para tener un canal de comunicación abierto y conseguir que ella sienta confianza.
- Aunque se sienta incómodo sea honesto, directo y escuche el otro punto de vista.
- Si la joven es quien lo busca, al terminar la charla dígale: “Me alegro que hayas acudido a mí”.
- Evite la rivalidad o competencia entre papá y mamá.