Hipervitaminosis: Todo en exceso es malo
Si tiene en su alacena decenas de pastillas vitamínicas que toma sin ninguna guía médica, su consumo desmedido podría ser perjudicial para su salud
Las vitaminas son sustancias esenciales para el desarrollo de diversas funciones corporales. Desde la producción de energía hasta la regulación del sistema inmunológico. Se las obtiene naturalmente a través de la alimentación o mediante la suplementación vía oral (pastillas) o la aplicación vía intravenosa (sueros).
Sin embargo, si alguien las consume en demasía sin ningún control profesional en base a sus requerimientos individuales, puede conducir a la hipervitaminosis, una complicación que se genera por la presencia excesiva de las vitaminas en el organismo, explica la doctora Cinthia Merchán, médico tratante y jefa del área de emergencia del Hospital Teodoro Maldonado Carbo.
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Los síntomas de la hipervitaminosis pueden variar dependiendo de la vitamina involucrada, entre náuseas, vómitos, fatiga, dolor de cabeza, pérdida del apetito, debilidad muscular, irritabilidad, cambios en la visión y daño hepático. En casos graves, daño renal y problemas óseos.
Cuidado con las vitaminas liposolubles
El doctor David Pozo, nutriólogo y docente de la Universidad Espíritu Santo, explica que existen dos tipos de vitaminas: las hidrosolubles y las liposolubles. Las hidrosolubles (B1, B3, B6 y C) son aquellas que se disuelven en agua y tienden a ser excretadas en mayor medida a través de la orina, lo que hace menos probable la hipervitaminosis.
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Leer másMientras que las liposolubles (A, D, E y K) se almacenan en el tejido graso y se liberan lentamente, esto hace que tiendan a almacenarse en el cuerpo y aumente el riesgo de toxicidad.
Señales de hipervitaminosis, según la vitamina
- Vitamina A: Alteraciones en la piel y pelo, dolor de cabeza, vómitos y alteraciones visuales.
- Vitamina E: Hemorragia cerebral en casos severos.
- Vitamina K: Náuseas, vómito y trastornos de ictericia (coloración amarilla en la piel y mucosas).
- Vitamina D: Estreñimiento. A largo plazo provoca hipercalcemia y problemas renales.
- Vitamina C: Cálculos renales en casos severos.
Cómo actuar ante un exceso de vitaminas
Si sospecha de hipervitaminosis, es crucial buscar atención médica para que los especialistas evalúen, por medio de un examen de sangre, los niveles de vitaminas en el cuerpo y determinen el curso adecuado de acción. Dependiendo de la gravedad de la condición, el tratamiento se basa en la interrupción de los suplementos vitamínicos o en el ajuste de la dieta para prevenir complicaciones adicionales. En casos graves, se podría requerir de hospitalización.
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Leer másCómo prevenir
La mejor manera de prevenir la hipervitaminosis es mantener un equilibrio adecuado en la ingesta de vitaminas a través de una dieta variada con proteínas, frutas, cereales y vegetales. “El dinero que gastaría en pastillas o sueros, es mejor gastarlo en comprar alimentos saludables de alta calidad”, añade Pozo.
Además, detalla que la suplementación se debe generar exclusivamente si su médico lo indica (por una deficiencia o condición médica previa), y siempre es importante seguir las recomendaciones de dosificación, sin exceder las cantidades y tiempo recomendado. “En el caso de las mujeres embarazadas y adultos mayores sí podría ser necesario una suplementación porque en esas etapa de la vida sí existe un desgaste de ciertos nutrientes. A ellos obligatoriamente hay que hacerles exámenes para medir las vitaminas deficientes y prescribir la suplementación”, añade el experto.
Tenga presente que...
- Los sueros vitamínicos o sueroterapia que consiste en la aplicación de megadosis de vitamina C u otros nutrientes, según los entrevistados, no existe evidencia científica que respalde su efectividad.
- Los menores de edad también podrían correr el riesgo de padecer hipervitaminosis debido a la suplementación sin ninguna guía médica. El pediatra neonatólogo José Ramos, máster en nutrición, recomienda no alarmarse por las opiniones externas sobre el peso de sus hijos y evitar la automedicación. “porque si a largo plazo se continúa sobrecargando los riñones de los pequeños, podrían intoxicarse o tener problemas renales”.
- Si hay una etapa en la infancia en la que se debe suplementar es a partir de los 6 meses con vitaminas D y A porque la leche materna podría no contar con la dosis completa. Y también en caso de déficit. “Si su pediatra indica que el niño tiene un buen peso y talla según su edad, no se necesita suplementar”, resalta.
- Hacerse los chequeos médicos anuales para corroborar si cuenta con una salud óptima o requiere de una suplementación guiada por el especialista. “Todos somos distintos, los requerimientos de una persona con una nutrición equilibrada jamás serán igual a los de alguien con bajo peso u obesidad”, recalca Merchán.
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