Intersexualidad, el tercer género que la sociedad no reconoce
Esta condición rompe con los esquemas impuestos sobre la identidad de género binaria y, es una realidad de la que en Ecuador poco se habla
Una consulta ginecológica rutinaria significó para María (nombre protegido), de la provincia de Tungurahua, la destrucción completa del rol que se le había asignado en una sociedad binaria, donde solo existen dos identidades de género: femenino y masculino. Un examen cromosómico reveló que ella no pertenecía a ninguno de estos dos, sino más bien, era parte del grupo de personas que son intersexuales.
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Leer másMaría a nivel hormonal era un “hombre”; sin embargo, su fisonomía genital respondía a la de una mujer. La tungurahuense es el espejo de una realidad que viven miles de personas que son intersexuales y que, en su adultez, llegan a conocer su verdadera condición.
- ¿Qué es la intersexualidad?
La intersexualidad o ‘intersex’ es un término que se utiliza para describir las variantes que tienen que ver con las características anatómicas y fisiológicas reproductivas. María Amelia Viteri, Ph.D en Antropología Cultural e investigadora de la Universidad de San Francisco de Quito, explica que esta condición que se la desconoce hasta en el sistema porque “entre comillas no calzan en las definiciones tan rígidas binarias cómo son los cuerpos que se han definido socioculturalmente a través de la historia sobre todo occidental como cuerpos de hombres o cuerpos de mujeres”.
Pese a que se desconoce con exactitud una cifra real de cuántas personas intersex hay a nivel mundial, en 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que dos de cada 2000 nacimientos son bebés intersexuales. Mientras que, en Ecuador, el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora, reportó en 2014 que, dos de cada 1000 alumbramientos tenían dicha condición, según Christian Robalino, abogado especializado en Derechos Humanos y autor del libro ‘¿Es niño, niña...o ninguno de los dos? ¿Quién decide?’.
El especialista consultado por EXPRESO comenta que hay más de 60 variaciones cromosómicas, entre ellas, el síndrome de Turner, hiperplasia suprarrenal congénita y disgenesia gonadal. En el caso de María, ella presentaba lo que se conoce médicamente como sensibilidad a los andrógenos completos, es decir, ella tiene los cromosomas masculinos XY, pero su cuerpo no desarrolló las características de este género por lo que, en su nacimiento, los médicos y sus familiares la identificaron como mujer porque tenía una pseudovagina.
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Leer másEn el país, los bebés intersexuales en su nacimiento son registrados como sexo o genitales ambiguos, “la normalidad es entre comillas es que nazcan hombres o mujeres, la ambigüedad es una lectura que no es totalmente clara para los ojos de quien atiende el parto, es por ello, que se denomina genitales ambiguos”, asegura Robalino.
- Ser intersexual en una sociedad binaria
La sociedad ecuatoriana heredó la ideología y pensamientos de las colonia española que incentivaron un entendimiento de género y de cuerpo únicamente como hombre o mujer y que le “ha atribuido unos genitales específicos y una combinación de cromosomas de qué es ser masculino o femenino de la mano con la presentación de género con capacidades, habilidades, formas de hablar, formas de vestir y de estar en el mundo”, amplía Viteri. Estas ideas preconcebidas de los géneros binaria, imposibilita que se llegue a aceptar la diversidad sexual y menos aún la intersexualidad.
Las personas intersex crecen en un ambiente en el que no llegan a sentirse parte porque, aparentemente no encajan en ninguno de los dos géneros. Las consecuencias son devastadoras, en la mayoría de los nacimientos, los bebés son sometidos a asignaciones de sexo y, en su niñez y adolescencia son obligados a tomar tratamientos con hormonas para que las características anatómicas femeninas o masculinas sean marcadas en su adultez.
"La intersexualidad, no es una enfermedad porque no causa ningún problema físico, las personas intersexuales viven con esta condición por muchos años sin saberlo",
Sobre estas decisiones médicas arbitrarias, el Código Orgánico de la Salud que fue vetado por el presidente Lenín Moreno, en su artículo 193 prohibía los procedimientos de asignación de sexo: “En personas que nazcan con anomalías de indeterminación sexual hasta que la persona alcance la fase biológica de la pubertad, excepto en casos en los que esté en riesgo inminente su salud o vida. En ningún caso estará permitido realizar acciones que vulneren la integridad personal en estos aspectos. Estos casos deberán recibir acompañamiento y asesoría oportuna y permanente de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud”.
Pese a que el COS no fue aprobado por el Ejecutivo, las Naciones Unidas establece que los estados adscritos deben prohibir las cirugías y tratamientos innecesarios “sobre los caracteres del sexo de los niños intersex, proteger su integridad física y respetar su autonomía”. Asimismo, pidió que ellos y sus familias reciban asesoramiento y apoyo.
La pesadilla que sufren varios intersexuales a los que se las ha asignado un sexo sin su consentimiento ni el de sus padres continúa latente. Esta situación trae dolor en ellos que se agudiza con la discriminación. Por este motivo, Robalino y Viteri piden que tanto los sistemas de salud como judicial tomen las medidas adecuadas para que sus funcionarios sepan cómo manejar un nacimiento intersex y brinden apoyo a las familias, todo esto se lograría si existiera una educación integral.
"Falta una capacidad de empatía, tener procedimientos y consciencia; es decir, poder entrenar a todas las personas que trabajan en el sistema de salud en la sensibilización en las temáticas de diversidades de género y sexualidad",