Inti Sisa
Comunidad. La Fundación Inti Sisa trabaja en la serranía ecuatoriana preservando la identidad autóctona del país.Web

Inti Sisa preserva la identidad y la comunidad en Guamote

A través de su centro educativo y casa de huéspedes autosostenible, Inti Sisa promueve un modelo de transformación social

En el centro de la sierra ecuatoriana, donde el 95 % de la población se identifica como indígena, florece una iniciativa que transforma vidas desde la raíz: la Fundación Inti Sisa. Fundada en 1999, esta organización comunitaria se ha convertido en un pilar de desarrollo en Guamote, una de las regiones más pobres del país, mediante programas educativos, sociales y culturales profundamente conectados con las realidades del territorio. “Inti Sisa es un proyecto intercultural, internacional e interétnico, un lugar donde personas de todas las nacionalidades, edades, orígenes y religiones pueden encontrarse. ¡Es un proyecto único en un pueblo único con gente única!”, afirma el sitio oficial de la fundación.

Un nombre que trae esperanza a toda la comunidad

El nombre “Inti Sisa”, que en kichwa significa “girasol”, evoca la esperanza que esta organización ha sembrado en un pueblo marcado históricamente por la marginación. Hasta la década de 1970, a los indígenas de Guamote se les negó el acceso a la educación, y aunque desde entonces hubo reformas agrarias, la desigualdad estructural persiste. Frente a ese panorama, la fundación ha respondido con un modelo basado en la educación participativa, la cooperación comunitaria y el empoderamiento local. Desde su centro educativo, ofrece clases de costura, informática, inglés, música y apoyo escolar, además de gestionar una guardería para niños pequeños.

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La historia de Inti Sisa se remonta a un viaje inspirador de Greta Koninckx y Philip De Bruyne por Ecuador en los años noventa. Conmovidos por las condiciones precarias de Guamote y motivados por el deseo de ayudar, estos belgas preguntaron a los habitantes qué necesitaban. La respuesta fue clara: educación. Así, nació un proyecto que comenzó con voluntarios recorriendo las comunidades en motocicleta y terminó consolidándose con la construcción de un centro educativo y, en 2004, una casa de huéspedes cuya finalidad es financiar las actividades sociales de la fundación.

Una Casa de Huéspedes que atrae el turismo

La Casa de Huéspedes Inti Sisa se ha convertido en mucho más que un alojamiento. “Es un centro de desarrollo y apoyo comunitario”, explica el equipo desde su sitio web. Dirigido por residentes locales junto a dos belgas que hicieron de Guamote su hogar, el hospedaje ofrece una experiencia cultural inmersiva que incluye excursiones, talleres de cocina y visitas a comunidades indígenas. Lo recaudado se reinvierte directamente en los programas sociales, como los almuerzos escolares, las campañas de esterilización animal, la escuela agrícola, los grupos de danza, entre otros.

Además, Inti Sisa impulsa proyectos como “Mamita Mía”, enfocado en apoyar a madres solteras para solventar los gastos educativos de sus hijos, y la implementación del programa Aflatoun, que promueve la educación social y financiera desde una perspectiva de empoderamiento y emprendimiento comunitario. Según la fundación, “al identificar y comprender activamente los desafíos, las aspiraciones y las fortalezas de la comunidad local, allanamos el camino para un cambio significativo y efectivo”.

Un modelo educativo innovador

Inti Sisa también ha logrado integrar estrategias educativas innovadoras, alejadas del tradicionalismo. En palabras de su equipo: “Utilizamos métodos y estrategias de enseñanza alternativos, como priorizar la participación sobre la disciplina, fomentar la creatividad sobre la reproducción y promover la cooperación sobre la competencia”. Estos enfoques buscan fortalecer la confianza, las habilidades sociales y el espíritu emprendedor de los jóvenes de Guamote.

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La Organización No Gubernamental (ONG) no solo ha transformado la vida de niños y mujeres en situación vulnerable, sino que también ha creado un puente entre culturas. Pasantes y voluntarios de distintos países conviven con la comunidad, creando redes de solidaridad, aprendizaje mutuo y compromiso intercultural. Este intercambio, cuidadosamente articulado, fortalece la visión de Inti Sisa como un proyecto que conecta lo local con lo global, lo ancestral con lo moderno.

La ONG representa el poder del trabajo colaborativo, del respeto a la diversidad y del amor por la justicia social. Es, como lo define su equipo, una generación de “creadores de impacto” que, como los girasoles, siempre buscan la luz en medio de las adversidades. Hospedarse en su casa de huéspedes, participar en sus talleres o simplemente conocer su historia, es ser parte de un movimiento que, desde una pequeña comunidad de la sierra, busca hacer del mundo un lugar más equitativo y humano.

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