Isidro Fierro: Ni dejarse morir ni dejar de estudiar
El rector de la UEES abre su nueva oficina y corazón a SEMANA, para conocer a la persona detrás del académico.
“He estado tres veces cerca de la muerte”, dice en esta conversación como si fuera algo superficial. Pero no lo es. Isidro Fierro (48) lo sabe, es un hombre positivo y aunque estas circunstancias han marcado su existencia, no lo limitan y sigue viviendo al máximo.
Isidro Fierro: "La educación en línea está venciendo a la presencial"
Leer másHoy es el nuevo rector de la Universidad Espíritu Santo de Guayaquil, institución a la que ha pertenecido ya por 17 años como docente, decano y ahora como su máxima autoridad académica.
Al caminar por los edificios del centro de educación superior, la conversación se ve interrumpida en varias ocasiones. Los saludos repentinos y cariñosos le vienen de todos lados, pero son los alumnos los que más cercanía le muestran. Eso denota la fuerte relación que ha tenido con los estudiantes de diferentes carreras.
Saludar, sonreír y hacer deporte son parte de su decisión día a día. Aunque por enfermedades que lo pusieron en estado muy grave, casi pierde la vida. La primera vez, a los cinco meses de edad por una complicación de salud. La segunda, a los 25 años por la mala aplicación de una vacuna que lo dejó en coma cinco meses. La tercera es un secreto.
Pero sin duda, la que más ha marcado a este doctor en Ciencias de la Dirección fue aquella ocasión en la que tuvo que estar tantos meses en cama y por la que luego llegó todo un cambio de rutina. Sin esa vivencia, no sería el actual rector de esta institución privada. Su entorno era otro.
“Me preparé académicamente para ser dueño de una empresa de biotecnología. Cuando vi que para hacer eso necesitaba dos billones de dólares, me desincentivé. Como era científico, pasaba semanas en el laboratorio y no hablaba con nadie. Y eso no me gustó. A los 25 años cambié. Se puede decir que perdí 10 años”, recuerda. Sin embargo, empezar de cero lo tomó como un reto, más todavía luego de la experiencia con su salud.
Dejó el laboratorio de lado, pero no la ciencia ni la educación. Volvió a estudiar y esta vez apostó por la vena de negociante de su familia, que ha estado en el mundo de la indumentaria por más de 75 años. Hizo un máster en Negocios Internacionales en España tras dejar Fresno, California, ciudad donde vivió por una década.
Aunque Isidro es un hombre de ciencia, la fe también está en él. “Soy muy creyente. Cuando estuve en coma, vi el túnel, vi mucha paz. Era más fácil dejarse morir que regresar. Tenía muchos amigos de varios países. Entre ellos, de la India, Malasia y Nepal. Me cuentan que mi hermana y mi mamá ya estaban ahí y cuando tuve el paro cardiaco ellas dijeron: ‘Tantos dioses aquí, uno debe funcionar’”. De esto tiene una consigna: Dios es el mismo para todos.
Isidro Fierro
Este nuevo cargo es también un empezar de cero, pero con un caminar más holgado. Así se siente también en su oficina, la que todavía está adaptando con todos los objetos que colecciona, representa o admira. Entre ellos una decena de cuadros con billetes de 54 países. También los libros de los motivadores Daniel Habif, Edith Eger y un ojo turco de cristal sobre la mesa de reuniones.
Este proceso le resulta más sencillo, pues se ha ido preparando desde el 2007, cuando entró a la UEES, pero no por eso es menos retador. Tiene sus reglas. “La planificación es en lo que soy más estricto. Yo manejo mi propia agenda. Se puede perder mi celular, mi ‘compu’, pero no mi agenda. Solo puedo escribir allí yo y con lápiz”, asegura. Estos cuadernos en los que anota con su puño y letra todo su día y sus próximos proyectos (nos permite constatar que ya tiene algunas cosas para finales de año) los guarda desde 1993. A veces, cuando necesita algún dato, los visita.
Isidro y quienes trabajan con él saben que toda duda debe ser atendida en un promedio de veinte segundos. Si se demoran, es porque algo se está haciendo mal. Sin embargo, toda regla se rompe y saber escuchar es primordial para él, un hombre que procura tener la salud mental como su principal cuidado personal y también estudiantil. Por eso atiende a todos, sin secretarios.
Detrás del rector que no gusta de las corbatas ni de los protocolos, hay un padre de familia de dos adolescentes, y un esposo que ha compartido la pasión por el deporte y los viajes por más de 16 años con su compañera de vida, María del Carmen Alvarado.
La India es un lugar especial para ellos. Allí pasaron su luna de miel. Y de ese país ha adoptado el Holi, festival hindú popular de primavera que se llena de colores.
La educación intercultural es un factor importante en su visión educativa. Por eso fue él quien apostó por el evento Intercultural Day, que se realiza cada año. En su actual cargo, se mantendrá así. “Apuntalar los temas internacionales, la comunicación más estrecha entre directivos y visibilizar más a los directores es mi eje”, dicta para su futuro.
Ya en su vida personal, su familia, incluyendo a su perrita Api, es lo que no está dispuesto a sacrificar. “Lo único que busco es que al final de los días digan que fui el mejor papá del mundo”. Mientras que a sus alumnos les deja algo igual de significativo: “Si yo pude vencer la muerte, cualquier tontera que pase no tiene importancia”, aunque la impuntualidad y el tráfico lo saquen de sus casillas.
Más de él
- Doctor en Ciencias de la Dirección de la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
- Magíster en Administración de Empresas.
- Tiene un MBA de la Universidad de Lleida, Cataluña, España.
- Experto en temas de relaciones internacionales.
- Máster en Ciencias en Biología Molecular.
Dato curioso
- Hace mucho deporte. A las 04:30 ya está despierto para entrenar. Actualmente practica crossfit. Ha participado en tres maratones internaciona-les, para lo cual tiene que prepararse seis meses.
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