Janet Hinostroza: nuevos horizontes
A punto de lanzar un ambicioso proyecto, la periodista cuenta sobre su vida, sus amores y la pasión con la que ha guiado su carera.
Siempre en posiciones de potente visibilidad, su voz, a través del micrófono, ha sido aplaudida, criticada e incluso perseguida. En la televisión es donde la periodista ha crecido y fortalecido su imagen en espacios de carácter político, la materia que domina y donde ha sobresalido.
Aguda, incisiva, temperamental y muchas veces polémica, la periodista, dueña de una larga y bien lograda carrera que suman 30 años, se mueve a mil, siempre en busca de nuevos desafíos. De hecho, en medio de esta entrevista, Janet participó en la Cumbre Mundial de Mujeres en Puerto Rico, y, a pesar del tiempo en contra, estuvo presta a colaborar y responder con agrado las preguntas de SEMANA.
Aquello que la hizo
Cuando chica, le resultaba fascinante que los reporteros pudiesen estar en el lugar de los hechos y poder contárselo a los demás, un privilegio que la llevó a oponerse a la voluntad de su padre y ser periodista: “Mi padre, que falleció hace 28 años, no se perdía un noticiero y yo lo acompañaba siempre que podía. Mis ojos y oídos seguían detenidamente los hechos que se escribían en la historia de nuestro país. Intentaba también leer los periódicos pero tenían unas letras pequeñitas y un lenguaje nada amigable para una niña con ganas de enterarse de lo que estaba pasando. Él quería que yo fuese abogada, pero no le hice caso porque siempre quise ser periodista. Un día madrugué para hacer una larguísima cola de inscripción y logré un cupo en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador”.
El carácter y amor propio de su padre sumado a la sensibilidad y compromiso familiar de su madre, resultó la mezcla perfecta para ser periodista, dice. Pero añade algo que la define: “... le atribuyo a mis vidas pasadas -porque soy un alma vieja-, la fijación por la justicia que me motiva a investigar, cuestionar, denunciar y contribuir en la búsqueda de soluciones a los problemas con los que me topo a diario, en mi vida personal y profesional. Quizá hubiese sido una buena abogada”.
Colombia, la mejor escuela
Cuando cursaba su tercer año de periodismo, Janet tuvo la oportunidad de trabajar en el vecino del norte, donde se fogueó con los mejores del medio y aprendió, cual curso intensivo, a batírselas al ser presentadora y reportera: “Fue un reto a diario, ahí se aprende que nada es imposible para los periodistas. El 2 de noviembre de 1995 viví uno de los retos más duros cuando tuve que transmitir en vivo, desde el lugar de los hechos, el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, uno de los políticos y periodistas más importantes de la época. Ese día sentí que pasé todas las pruebas y me gradué de periodista. Viví mis mejores años -desde los 23 a los 31- en Bogotá, corazón de mi carrera. Allá acerté y me equivoqué; reí y lloré; sentí y amé, con grandes amigos que conservo aún”.
¿Por qué dejó Teleamazonas?
La máxima ‘La vida es hoy porque no se sabe lo que pasará mañana’ hizo eco en la periodista a raíz de la pandemia al proponerse desafiar su zona de confort: “El reto para los medios y periodistas es todo lo digital que sigue creciendo. Por eso quiero estar ahí, probar suerte y asumir riesgos. Teleamazonas siempre será mi casa y me costó mucho la decisión de irme. Ahora viene ‘Visionarias’, un nuevo canal digital periodístico, que se estrena este 30 de noviembre”.
El enfoque, comenta, es de periodismo y análisis duro, pero con la mirada de la mujer actual: “Me acompañan 4 mujeres, profesionales, inteligentes y muy valientes: Nathaly Pernett (abogada), Carolina Jaramillo (consultora política), Michelle Villavicencio (comunicadora estratégica) y, Roxann Sarahí (activista social). No solo tienen distintas profesiones, sus realidades, pensamiento e ideología son diversas. Junto a ellas, dice Janet, se analizarán temas de interés político y general en ‘Sexto sentido’, en alusión a la capacidad de las mujeres de ver las cosas de manera distinta. Añade que este canal digital será una ventana para mostrar todo lo que estamos haciendo en Valienteapp, una aplicación web dirigida al empoderamiento femenino, con más de 120 videos y audios tipo podcast con herramientas para fortalecer mente-cuerpo-espíritu. Es un proyecto con fin social, cuya suscripción es de muy bajo costo”.
De amores y más
Su cómplice, Juan Fernando Cevallos, es con quien está casada hace 14 años, el hombre que ama y admira por su inteligencia, perseverancia, carisma y sensibilidad humana y con quien compuso una familia unida y fuerte con 3 hijos: Paula, de 28 años -hija de su primer matrimonio-; Joaquín, de 13 años y Juan Martín, de 8. “Cada uno es un mundo y nuestra diaria motivación para seguir adelante. El apoyo de mi esposo ha sido fundamental para cumplir mis metas y volver a levantarme de mis derrotas. Me escucha, me entiende, me perdona, me levanta, me acompaña y lo más lindo: celebra en grande conmigo”.
En tanto, enfatiza la relación con su hija de quien dice es su ‘polo a tierra’, juntas desde siempre y parte fundamental del núcleo familiar: “Ella creció viéndome crecer, como persona y profesional. Es mi mejor espejo y me encanta verla y en muchas cosas verme reflejada en ella”.
Impulsiva, perfeccionista y poco sociable, la periodista hace tiempo asumió que el tiempo es algo que puede manejar sin enloquecer: “Me reservo tiempo también para mí. La independencia laboral ha incidido mucho en esta posibilidad de poder dividir mi tiempo a mi conveniencia. Uso de 10 a 12 horas del día para cumplir con todas mis tareas y trato de relajarme y dar lo mejor de mí”.
¿Que le falta para sentirme satisfecha? ¡Nada! Vivo agradecida por todo lo que tengo, todo lo que he logrado y lo que tengo todavía por vivir.
Cara a Cara
- En su oficio también hay enemigos…
Todo ha valido la pena porque eso me ha permitido crecer. Mi familia ha vivido momentos duros, pero creo que nunca ha dejado de confiar en mí y de apoyarme, lo que me motiva a seguir adelante, con más fuerza, pero siempre consciente de que mi familia está primero.
Sin Juan Fernando, mi gran amor y compañero de vida, no estaría aquí contando esta historia (risas). Él me da alas para volar pero siempre regreso porque me da paz y la paz es felicidad.
- ¿Cuál ha sido el momento más intimidante en su carrera?
He recibido amenazas de demandas legales y amenazas de muerte y lo que me han provocado es indignación por el descaro de algunos que se sienten expuestos por las denuncias periodísticas, lo que me compromete a seguir hasta el final.
- Perdió un dedo de la mano.. ¿cómo superó esa pérdida?
Fue un fatídico accidente que gracias a Dios me ocurrió a mí y no a uno de mis hijos. No sentí dolor y no perdí mucha sangre -a pesar de que por el dedo pulgar pasan importantes arterias-. Con esto aprendí a aceptar la pérdida y seguir adelante. No me hace falta, hago todo normalmente.
- ¿Qué ha aprendido en su rol de madre?
Me arrepiento de haber sido muy estricta con Paula porque habría llegado al mismo lugar sin indisponerla tanto. Cada hijo es un mundo y con mis hijos más chicos ¡no me ha funcionado controlarlos con la mirada, como lo hacía mi mamá conmigo y sigo aprendiendo! Hoy estoy ensayando que cuando se portan mal retribuyan con trabajo social. Es una historia que todavía estoy escribiendo.