Jessica Abouganem: “Superar los obstáculos me mantiene a flote”
La bailarina es un ejemplo de cómo las adversidades también pueden ser una oportunidad para seguir creciendo e impulsar el arte.
Hablar de ballet en Guayaquil, es decir Jessica Abouganem (36). Su nombre resalta entre las personas que han logrado fomentar el desarrollo de este arte en la ciudad. Aunque nació en Panamá, desde hace 10 años vive en la Perla del Pacífico y desde el primer día ha trabajado arduamente por crear una huella en la historia de la danza en el Ecuador.
La artista conversó con SEMANA para hacer un recuento de uno de los años más retardadores (pero también positivos) en su carrera y vida familiar.
El 2020 y sus aprendizajes
Una de las habilidades de todo líder es poder transformar los retos en oportunidades y Jessica lo ha hecho a cabalidad durante la pandemia. Antes de que inicie la cuarentena, ella junto a su escuela y compañía profesional de danza En Avant, tenían varios proyectos a desarrollar. Sin embargo, el confinamiento los obligó a pausar las presentaciones en vivo, para dar apertura a las plataformas digitales, con el fin de que el arte no se quede atrás.
Las primeras acciones que tomó fue dar clases gratuitas de ballet, jazz y hip hop a través de Instagram Lives para que todas las personas puedan tener acceso a ellas. Luego, trasladó las capacitaciones a Zoom para continuar el aprendizaje formal de los estudiantes de la academia y los miembros de la compañía de baile. Aunque esto les permitió seguir en clases pese a la distancia, Jessica cuenta que se presentaron dificultades que tuvieron que manejar al andar como el no poder corregir al alumno de forma física, la musicalidad inexacta por el desfase del internet y las distracciones que se generan al entrenar en un espacio no acondicionado para la danza.
“Aunque los alumnos no tenían las barras de ballet para entrenar, se acomodaban y agarraban al filo de la ventana, muebles o cama. Se puso a prueba nuestra creatividad como maestros, ha sido superestimulante tener que adaptarse y a la vez, nos ha abierto un sinfín de oportunidades”. Además dice con alegría que trasladaron las presentaciones al campo audiovisual al mostrar un performance en agosto, Mes de las Artes, y al ser parte de forma online del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja con la pieza ‘El paraíso de la soledad compartida’.
La flexibilidad, la adaptabilidad, la disciplina y la resiliencia fueron algunas de las claves para mantenerse optimista. Reconoce que al principio hubo momentos que no sabía qué dirección tomar y eso le generaba ansiedad, pero menciona que nunca dejó de velar por el bienestar de su familia artística (estudiantes y maestros) porque sentía que ese trabajo le daba un propósito y motivación para seguir adelante.
En el presente
En febrero culmina el año lectivo para los estudiantes de la academia, pero en marzo empieza el proyecto de conversatorios enfocados al performance y la enseñanza, diseñado para profesionales y semiprofesionales de danza. “Uno debe formarse como docente porque para pararse frente a un grupo no basta con ser bailarín o experto en el área. Es necesario tener un bagaje académico y conocer sobre historia de la danza, la anatomía, musicalidad, metodología de enseñanza, entre otros temas”, recalca.
Asienta que ser psicóloga es una herramienta primordial en su faceta como docente porque “para poder ser guía y orientadora de un grupo artístico se necesita estar en permanente contacto con uno mismo y así, poder empatizar con otros”.
Jessica se mantiene optimista sobre el futuro, tiene la esperanza de retomar pronto de forma presencial las presentaciones, mas está segura de que pase lo que pase, seguirá trabajando a favor del arte no solo por su crecimiento personal, sino para que Guayaquil y Ecuador se conviertan en un referente internacional de la danza.
Incursión en los podcasts
El 29 de abril del año pasado, fecha que se celebra el Día Internacional de la Danza, Jessica junto a su equipo de trabajo (Max Foster y Cindy Cantos) dieron inicio a un nuevo proyecto: el podcast llamado Perspectivas de la Danza desde la Mitad del Mundo. Ahora cuentan con 36 episodios y cada semana estrenan un nuevo episodio en Spotify, en el que hablan de diversos temas relacionados a la danza y el arte cultural nacional, regional o mundial.
Su tercer varón
Teresa Farah, una guerrera cruzrojista
Leer másSi hay algo que la emociona (de igual manera o más que la danza) es la maternidad. Tiene 7 meses de embarazo y pronto nacerá su tercer hijo varón, concebido en la cuarentena, y que es esperado con muchas ilusiones. Cuenta como anécdota que desde pequeña, siempre fue mucho más cercana la idea de imaginarse siendo mamá de mujeres que de varones. “Vengo de una familia conformada por varias hermanas (que siempre estábamos en el ballet) y solo un hermano pequeño. En casa era un total matriarcado porque hasta mi mascota era hembra”, recuerda entre risas.
Por eso, cuando se embarazó por primera vez y supo que era hombre se preguntó: “¿¡Y esto cómo se hace!?”. Sin embargo, menciona que Dios la premió con dos niños sanos, hermosos y buenos. “Claro que presentan retos, pero uno aprende sobre la marcha. Este nuevo pequeño no fue planificado, pero la heredera del tutú tendrá que ser alguna de mis sobrinas o estudiantes”. ¿Habrá un cuarto bebé? No lo ve en el futuro próximo, pero todo lo deja en manos de Dios.
A sus dos hijos siempre los ha involucrado en el arte. Para ella es primordial hacerlo porque cree firmemente que cualquier área artística los estimula y educa de manera integral. “Antes de la pandemia siempre los llevaba al teatro, ahora están en clase de música. No pretendo que se conviertan en el siguiente Mozart, solo espero que disfruten esta faceta”.
Personal
- Es licenciada en Psicología y Danza de la Universidad Goucher (Estados Unidos).
- Es directora de la escuela de danza En Avant.
- En su tiempo libre le gusta cuidar las plantas, hornear pan y leer. ‘A tree grows in Brooklyn’ es una de sus novelas preferidas.