Joyas para conservar las cenizas de las mascotas

Daniela Peñafiel no olvida lo duro que fue perder a Víctor, su gato consentido que la acompañó durante 12 años. Pensó primero en buscar un lugar para sepultarlo que estuviera cerca, para visitarlo tan seguido como pudiera. Al final, después de considerar varias opciones, se decidió por contratar a una compañía de servicios exequiales para que lo cremaran.

Fue así como recibió parte de sus cenizas en un bonsái y otra porción en un pequeño frasco. En medio de la tristeza que enfrentaba en ese momento, recordó que un día, entre los tantos pedidos de joyas que le hacían, le habían consultado si podía diseñar una con cenizas de animales.

Hasta ese momento no lo había considerado, pero tras la muerte de Víctor surgió su primera joya memorial de mascotas. Así elaboró un relicario no solo con una pequeñísima parte de sus cenizas, sino también con un dientecito que había perdido años antes. Compartió la fotografía en las redes sociales y de inmediato empezaron a llegar los pedidos.

Daniela, la creadora de Joyas de Vida, recuerda que cuando comenzó su emprendimiento de joyería artesanal, su gran salto fue seguir una tendencia que tomaba fuerza en Europa y en Estados Unidos: elaborar un recuerdo para las madres. Se trataría de diseños que incluyeran leche materna.

No los ha dejado de hacer, pero reconoce que el segmento de recuerdos de mascotas ha ido creciendo, en una línea minimalista.

Y no solo los confecciona con cenizas. Hay quienes piden que los elabore adhiriendo pelos de sus perros o gatos. Incluso, los solicitan cuando las mascotas se han perdido y quieren tener un recuerdo hasta que aparezcan. Esos pelos los obtienen de sus mantitas o de la ropa que usaban.

“Una vez, como no había ni pelos ni dientes, me solicitaron diseñar una joya con un pedazo de su collar”, recuerda.

Aunque en algún momento le consultaron si podía hacer una con plumas de aves, esto todavía no se ha concretado. Sí lo ha hecho con un diente de hámster y con pelos de conejo.

Los costos pueden variar de 60 a 120 dólares. Generalmente, las piezas elaboradas incluyen el nombre de la mascota, la fecha de su fallecimiento y una frase especial. Son diseños diversos, hechos a mano, en forma de huella o del animal.

Es también una tendencia internacional que comenzó a verse, por ejemplo, en Estados Unidos, en 2012. Allí los dueños de mascotas no solo buscaban colgantes, sino también anillos.

Los emprendedores que se dedican a ello coinciden en que quienes los llevan sienten algún tipo de consuelo ante la pérdida de la mascota que los ha acompañado por tantos años.

• El trabajo

Las joyas incorporan la ceniza del animal como una parte de ella, ya sea como una piedrita o como un esmaltado. Generalmente se piden en plata, pero también se elaboran en oro.