Linda Guamán, la científica que visibiliza a la mujer
Desde Quito habló para SEMANA sobre la brecha de género en la ciencia y sus labores durante la pandemia.
A los pocos minutos de empezar la llamada para esta entrevista, Linda enumera sus estudios ante la interrogante de con qué profesión citarla. Ella prefiere que la llame por su nombre, su trayectoria de vida no puede ser basada solo en títulos.
Desde hace dos meses es la asesora técnica para el procesamiento y análisis de pruebas de COVID-19 en la Secretaría de Salud de Quito; sin embargo, desde 2019 (a nivel internacional) es una de las 100 líderes del futuro en Biotecnología nombrada así por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) y Harvard.
Cuenta que sus jornadas son de casi 12 horas diarias y tiene la innegable cualidad de que con su trabajo va generando cambios en esa lucha de igualdad de género; por citar un ejemplo el haber sido llamada ‘geniecilla’, en días anteriores por parte de un concejal, ha sido como poner el dedo en la llaga de algo que se tenía que hablar: los desafíos que tienen que superar las mujeres también desde el área de la ciencia.
La mujer de hoy
Aunque en sus inicios quería ser bióloga siguió estudios en la carrera de Ingeniería de Alimentos en la Universidad del Azuay; pero fue en el pregrado que descubrió su interés por la ciencia cuando conoció a María Elena Cazar, una de las primeras científicas PhD ecuatorianas, y quien se convierte en su tutora de tesis.
Tras graduarse, aun cuando no tenía facilidades económicas para seguir preparándose, esto no fue un limitante. Viajó a la capital y obtuvo su maestría tras recibir una beca completa en la Universidad San Francisco de Quito y posteriormente también es becada para su doctorado en microbiología en la Universidad de São Paulo, Brasil.
Actualmente, además de su cargo público, se desempeña como investigadora y docente del Centro de Investigación Biomédica de la UTE.
“Cuando comenzó la pandemia tuvimos que cambiar el enfoque de la investigación que teníamos de microorganismos y dedicarnos al COVID-19, así ganamos financiamiento con el Gobierno de Escocia para hacer automatización de pruebas”, cuenta orgullosa, pues logró que se le diera más visibilidad a las universidades para ayudar al diagnóstico.
Su lucha de equidad
Recibir un Nobel no es su máxima aspiración. “Conozco a muchas mujeres que admiro y a pesar de haber hecho un trabajo trascendental en la ciencia no lo han recibido”.
Y aunque reconoce que el número de mujeres premiadas ha crecido en los últimos años, hace hincapié en que siguen siendo, en su mayoría, los hombres quienes lo reciben.
Ante esto, valora la labor de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas “porque promueve los logros, los visibiliza y da espacio para hablar de temas que se han callado como la desigualdad en salarios y cargos, el acoso en el ambiente laboral e, incluso, la maternidad cuando juega en contra porque luego no te quieren contratar”, entre algunas de las problemáticas.
Nicole Malakouti, la joyería en cerámica es su pasión
Leer másEs así que tras recibir el reconocimiento de líder internacional, contó que abandera dos luchas: la equidad de género y la falta de apoyo del Gobierno a la investigación. “Me siento responsable por el público que está creciendo, quiero que esto no siga pasando”, acota.
Para eso es necesaria la empatía del hombre. “Tengo colegas que cuando me invitan a un panel, es fácil darse cuenta de la poca participación de mujeres, entonces es súper evidente lo que está pasando; no está bien normalizar la desigualdad. El reto de ellos es ser feministas”.
Ecuador y el COVID-19
Cuando se le pregunta sobre la ciencia en el país, recalca que “tiene que dejar de ponerse la mirada hacia afuera. Cuando pasó el tema de diagnóstico de COVID-19, por ejemplo, se analizó en los inicios qué país podía facilitar las pruebas, cuando aquí sí se las podía desarrollar. Estas iniciativas tienen que dejar de ser vistas como un gasto porque si hubiese una adecuada inversión, no voy a decir que tendríamos la vacuna, pero sí habría mejor respuesta a diferencia de cómo está ahora”, critica.
Sin lugar a dudas, la pandemia refleja que se debe apostar por lo nuestro y que las mujeres están dispuestas a asumir retos.
Personal
- Cuencana, de 35 años.
- Forma parte de la lista mundial de los 100 líderes del futuro en Biotecnología.
- Es animalista, tiene dos perros y dos gatos adoptados; de no haber sido científica le hubiese gustado ser veterinaria.
- Su aspiración es tener una empresa de desarrollo biotecnológico.