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Rescatista Manta
Mercedes Chévez llega todos los días, a las 7 de la noche, para darles de comer.Cortesía

Madre e hija alimentan a 160 gatos en Manta

Ambas se involucraron en el rescate a raíz del terremoto en esa ciudad. Aunque reciben donaciones, el alimento y cuidados salen de sus bolsillos

Todos los días, a las siete de la noche, en los alrededores del monumento al pescador en Manta, hay un movimiento inusual, algo parecido a una recepción. Son cientos de gatos, de todos los tamaños y colores, que corren entre maullidos para recibir a Mercedes Chévez, quien llega en su vehículo para alimentarlos. Es un ritual que desde hace cuatro años mantiene la comerciante de ropa usada, de 56 años.

Todo empezó, según lo relató Talina Mendoza, su hija y mano derecha en el cuidado de los felinos, a raíz del terremoto que destruyó gran parte de la ciudad manabita y como consecuencia de ello muchas personas se fueron a otro sitio y abandonaron sus mascotas.

"Es una colonia de aproximadamente 100 gatos, a la que todos conocen como El Pescador, por el monumento que está ahí. Cuando sus dueños salieron de Manta los dejaron y los animales se fueron reuniendo en esa plazoleta. Mi mamá y yo íbamos a alimentarlos, pero luego , esto se convirtió en un botadero de gatos. Porque la gente veía que uno los esterilizaba y cuida de ellos, pero esto no es un albergue", explicó la joven.

gatos
Los gatitos de El pescador comen una vez al día.Cortesía

Aunque el municipio instaló camaras para frenar el abandono de las mascotas, de nada ha servido aquello, ya que casi siempre aparecen camadas enteras de gatitos recién nacidos. Cuando esto ocurre, Mercedes lleva los gatos bebés a su hogar, donde convive con otros 60 felinos. La mayoría son de 'El Pescador'.

No tenemos corazón para dejarlos morir

Talina Mendoza, rescatista

"En casa de mi mamá hay un cuarto que es como la maternidad donde van los gatitos pequeñitos que han sido abandonados y necesitan de cuidados. En la terraza, tenemos los enfermos, los discapacitados y los rescatados en condiciones miserables, mientras que en el patio se encuentran 16 felinos que nunca fueron adoptados. Dentro de la casa están los que llegaron y se quedaron por la comida. Ellos se han adueñado de la casa. Al momento tenemos 4 atropellados, además de una gata inválida y un gato ciego", relató Talina.

Por lo general tratan de buscarle hogar a los que están sanos, pero no todos tienen suerte. Cuando los gatos son adoptados le hacen seguimiento para saber si la tenencia es responsable.

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Pero, ¿cómo hacen para alimentar a casi 160 gatos? Talina responde que, es un trabajo pesado. "No es solo por el alimento, cada gato rehabilitado nos cuesta unos 50 dólares. Recibimos donaciones pero es muy poco. La manutención sale de nuestro trabajo. Mi mamá tienen un pequeño negocio de ropa usada, y con eso ayuda a los gatos, pero con lo de la pandemia tuvimos que solicitar donaciones. Da pena, porque si mi mami no les da de comer, nadie lo hace. Ellos por reloj la esperan a las 7 de la noche, porque comen una sola vez al día", explica con tristeza Mendoza, quien también apoya a Mercedes, con su trabajo como vendedora de víveres.

A los que están en la plazoleta, la rescatistas les construyó una casita con juegos y cubículos en los cuales hay letreros que aconsejan a la ciudadanía no abandonar a los mascotas y que los cuiden y esterilicen.

"No recibimos donaciones de ninguna institución. A veces nos donan alimentos, a través de mi página de Facebook 'Gatitos del pescador'. Tengo dos personas de Estados Unidos que siempre nos apoyan y gracias a ellos tenemos cómo alimentarlos. Nosotros rescatamos a los animales no de ahora, sino hace 8 años, pero con el terremoto nos involucramos más. En Manta, en cada esquina hay gatos abandonados. Hace tres días dejaron 13 gatitos de biberón. Los rescatamos y hasta ahora no se nos han muerto. No tenemos corazón para dejarlos morir", lamentó la comerciante, quien espera que las autoridades se unan a su causa y apoyen con lo necesario para no dejar morir a las mascotas abandonadas.