La magia de los hipopresivos en el posparto

Luego de traer a la vida a sus bebés, muchas de las nuevas mamás buscan alternativas para retomar, lo más rápido posible, el ejercicio y recuperar la condición física que tenían antes. Sin embargo, Nathalie Zevallos, licenciada en Terapia Física y Rehabilitación especializada en embarazo y posparto, acentúa que sea que haya pasado por un parto natural o por cesárea, no es recomendado hacer cualquier tipo de actividad física porque algunas (como las de alto impacto) podrían ser contraproducentes para la salud.

“Para saber qué entrenamiento es el adecuado, primero debe conocer cuáles son los cambios fisiológicos que hay en el cuerpo de la mujer: toda la musculatura profunda del abdomen y del piso pélvico se estira y se debilita para dar cabida al bebé”, explica. Es ahí cuando los ejercicios hipopresivos se convierten en una de las mejores opciones para iniciarse en el mundo fitness.

Qué es

Zevallos explica que es una técnica en la que al efectuarse ejercicios de respiración profunda, se contrae constantemente la zona abdominal y se fortalece el piso pélvico. Además, como se realiza en diferentes posturas (parada, sentada, acostada o sostenida en una pared), también se puede trabajar la espalda, los brazos y las piernas. “Es ideal implementarlo a su rutina dos o tres veces por semana. Cada clase dura en promedio 40 minutos”.

¿Cuándo ya puede ejercitar?

Si tuvo parto vaginal, a partir del primer mes, puede retomar la actividad física con los hipopresivos como caminatas o ejercicios localizados (para brazos o piernas) con su propio peso. A partir del segundo mes ya puede ir añadiendo pesas livianas (de uno o tres kilos).

La experta comenta que en el caso de la cesárea, el tiempo de recuperación se extiende un poco más porque se realizó una cirugía. “En el primer mes se debe ser un poco más conservador. Luego de los 30 días solo se pueden hacer hipopresivos, concentrándose en trabajar el abdomen y el piso pélvico”, dice Zevallos.

Al segundo mes, puede hacer ejercicios de tonificación pero sin peso o ligas. Es prioritario, antes de realizar cualquier actividad, contar con la aprobación del ginecólogo y estar acompañada durante el ejercicio junto a un especialista para evitar lesiones.

Más beneficios

• Adquirir una mejor postura y tonificar los músculos lumbares.
• Disminuir los dolores de espalda.
• Aprender una técnica de respiración más profunda.
• Drenar todo el exceso de líquido hacia los ganglios linfáticos.
• No existe riesgo de lesión por la diástasis abdominal (separación de los músculos abdominales).
• Mejorar el ciclo digestivo para evitar el estreñimiento.