Magia, terror y picnic para seducir a los lectores
Las instituciones cultural se idean diversas formas para que los amantes de la literatura se decidan a regresar a los encuentros presenciales
Aunque varias de las instituciones culturales de Guayaquil han regresado desde hace más de cinco meses, de manera paulatina, a sus actividades presenciales, reconocen que el público aún tiene ciertos temores de volver a estos sitios para los encuentros de lectura. Por ello, con historias de magia, de terror o con un picnic literario buscan atraer de nuevo a los amantes de los libros.
El fin de semana fue un ejemplo de ello. En la Casa de la Cultura núcleo del Guayas se vivió la magia y la reflexión dentro de ‘La hora del cuento’, del programa ‘Sueños de papel’, dirigido a los niños.
Lo hicieron con historias que trataban sobre un pintor que creaba corceles casi reales (‘El caballo mágico de Han Gan’, de Chen Jiang Hong), y con los sueños de un niño que vivía en un campo de refugiados y que anhelaba un día conocer el mar (‘El color de la arena’, de Elena O’Callaghan).
Testimonios del inconsciente
Leer másTambién conocieron el mundo de una pequeña orgullosa de ser negra y del conejo blanco que deseaba ser como ella (‘Niña bonita’, de Ana María Machado).
“Los niños vienen a descubrir el placer de leer y la maravillosa experiencia de escuchar cuentos en voz alta, pues es una forma de vivir cada una de las historias que se leen”, cuenta sobre esta nueva etapa Rosa Elena Pogo, quien está encargada del programa.
Además de las historias, transmite a los padres la seguridad de llevar a sus hijos a estos sitios. Cuentan con un aforo limitado que fluctúa entre las 30 a 35 personas, quienes deben cumplir con todas las medidas de seguridad.
Christian Ramos es uno de los menores que se enamoró de la lectura y su madre reconoce que aquello ha despertado en él la curiosidad.
Exposiciones para sentir el arte
Leer másLos jóvenes y los adultos van volviendo también en mayor número a sus encuentros literarios. El sábado, en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), se realizó un tambo de lectura. Se trató de una cita con la literatura del terror. Jenniffer Zambrano, mediadora, cuenta que esta vez ‘La máscara de la muerte roja’, de Edgar Allan Poe, los invitó a la reflexión.
La obra trata sobre una pandemia que comenzó a causar muertes, algo que para muchos se asemeja a lo que se vivió el año pasado en Guayaquil, con la llegada de la COVID-19. “Reflexionamos acerca de la muerte, del terror”, cuenta sobre esta experiencia a la que asisten chicos desde los 14 años hasta personas de más de 60.
En la Biblioteca de las Artes también existen diversas actividades de este tipo y una de ellas es el ‘Picnic literario’, en el que destaca una canasta sobre un mantel colocado en el piso. Dentro, en lugar de alimentos, hay libros. Este sábado se centrarán en los cuentos de horror.
De la misma forma, su Sala Ría, destinada para los niños, ha vuelto de manera gradual a la presencialidad.
Así los clubes y tambos de lectura en la ciudad, tanto de niños como de adultos, comienzan a acoger poco a poco a un mayor número de personas que retoman sus análisis de libros frente a frente y ya no solamente por la pantalla.