María Ayala y la fuerza del color
Desde Argentina, la artista expone su vida y obra con una alentadora visión que traduce un mundo de vibrante color y fuerza.
Radicada en Buenos Aires hace casi 30 años, María descubrió la pasión por el arte de la mano de la argentina Teresa Blanco, profesora de Bellas Artes, de quien aprendió, a más de técnicas, a creer que la pintura es una expresión maravillosa que brota desde adentro. Desde entonces asumió un recorrido íntimo y libre donde ha logrado desbordar un innegable talento plasmado en incontables exhibiciones pictóricas dentro y fuera de Argentina: “A mi obra la definiría como vital, emocional y trata siempre de que el color sea el protagonista”.
Desde joven trabajó en la radio donde descubrió la efervescente energía de la música, una influencia que ha impactado a lo largo de su proceso creativo en forma directa. Su esposo, el argentino Daniel Berdino, es productor de música publicitaria, por lo que, desde todos los ángulos, está presente en su vida y obra.
Mientras, la naturaleza, la arquitectura y la riqueza que desborda la ciudad son fuentes inagotables de inspiración que ha sabido plasmar en grandes formatos que resuenan contundentes a través del lienzo: “Todo lo que tiene color logra una conexión especial y eso trae emociones y sentimientos. Para mí es fundamental llegar a las personas a través de un impacto visual. Sea que guste o no mi pintura, si logro esa fuerza cumplo mi misión”.
La ecuatoriana, nacida en 1968, reconoce que sobresalir en el mercado gaucho no es fácil pues es un amplio mercado con talento de sobra; sin embargo, su obra tiene un merecido reconocimiento y espacio. Exposiciones individuales y colectivas hablan de una continua y prolífera producción artística aplaudida no solo en Argentina. La última, en la Galería Dolores Valdez Art., en Buenos Aires -2020-, justo antes de que empiece la pandemia: “Argentina, como escribió Cerati en alguna de sus canciones es ‘la ciudad de la furia’, con una gran diversidad de gente emprendedora, que siempre se levanta de cualquier crisis. Me nutro constantemente de su arte y cultura. Ha sido una aventura emocionante con etapas difíciles por las crisis en este país, pero a la vez es un país que ama el arte en todas sus formas y vuelve a surgir el entusiasmo por invertir en todo tipo de arte”.
En constante movimiento, María ha realizado diversas intervenciones artísticas con sus obras en cuadernos, libretas y anotadores (para Hallmark Ecuador); también participó en un proyecto de Valientes (junto a Janet Hinostroza) donde desarrolló una colección de pañoletas y tapabocas. Actualmente tiene una cápsula con sus diseños y pinturas en almohadones, cojines y también pintura digital en pequeños formatos que se comercializan en Buenos Aires.
“Trabajo en diferentes técnicas como óleo y acrílico y realizo arte digital con gran fuerza, lo que refleja una herramienta apasionante que me brinda múltiples sensaciones. La pandemia me mostró que uno debe aportar a través del color sensaciones y emociones donde se transmita una mirada optimista del futuro del mundo”.
Durante la pandemia su salud se vio afectada y ahora supera un problema neurológico; no obstante, ha sido el mejor momento de creatividad para María: “Me pasó algo muy curioso, tuve mi mayor explosión de creatividad. Sentí profundas ganas de pintar ¡y el color fue más intenso que nunca! Además, me motivó a pintar flores, flores y más flores. Y aunque tuve una operación, nunca me desconecté de mi arte”.
El color es protagonista en mis pinturas. Trato de expresar el sentimiento de la vida que está reflejado en la naturaleza y toda su fuerza e intensidad.
Casa adentro
Conoció a Daniel Berdino, el amor de su vida, en Chile, cuando ambos coincidieron en un mismo espacio de trabajo. Poco después se casaron y desde entonces la artista vive en Argentina, donde María ha hecho su vida y conformado su familia con su único hijo, Mateo Berdino, de 21 años, quien también se conecta con el universo artístico de sus padres como parte fundamental de su historia de amor y oficio. En su hogar, María, China, como se la conoce desde joven, ha logrado un equilibrio de tiempos en espacios justos, con metas que espera cumplir este nuevo año.
En el 2022
Próximamente la artista estará realizando varios proyectos para una fundación sin fines de lucro de Ecuador; además, prepara una exposición individual a mediados de año en Buenos Aires y, si las condiciones de la pandemia lo permiten, expondrá en una importante feria de artistas que todos los años se lleva a cabo en Argentina -BADA-, y que esta vez se extenderá a Madrid, España.
Cara a cara
- ¿Para qué público está dirigida su obra?
Que llegue a quien tiene que llegar y que esté dispuesto a disfrutar del color. Creo que no hay edad para mirar una pintura.
- ¿Cómo resumiría su trayectoria?
Un camino bello que me ha dado enormes gratificaciones y me ha permitido seguir en el camino de amar lo que hago.
- ¿Qué extraña de Ecuador?
Extraño a mi familia, comida y los paisajes hermosos que tiene mi país.
- ¿Cómo se mira a sí misma?
Me veo con optimismo, disciplinada, apasionada en lo que hago, resiliente y siempre trato de ser mi mejor versión cada día.
- ¿Qué le falta ahora?
Seguir con el entusiasmo de siempre.
- ¿Metas cumplidas?
Cada paso que doy en mi arte es una meta cumplida y espero que vengan muchas cosas más… quiero que la vida me siga sorprendiendo.
- ¿Qué es para usted el éxito?
Ser agradecida de la vida y buscar siempre ser la mejor versión de mí misma.
- ¿Su obra más representativa?
Tengo muchas que me representan, es difícil decir cuál.
- ¿Su casa está llena de su obra?
Tengo algunas.
- ¿Su próximo viaje a Ecuador?
Estaré por Quito a finales de enero si es que mi salud me lo permite.