Conoce a famosos compradores compulsivos
Dos exprimeras damas de Estados Unidos, cantantes y más celebridades padecieron este problema que revela carencias. El autocontrol no se compra.
¿Recuerdas la película ‘Loca por las compras’, protagonizada por Isla Fisher y Hugh Dancy, en la cual Rebbecca Bloomwood casi lo pierde todo por su adicción a los accesorios y prendas de vestir? Pues a este tipo de comportamiento, los expertos en salud mental denominan oniomanía (onios: lo que está en venta y manía: locura).
Y aunque te cueste creerlo, no solo las estrellas del deporte, de Hollywood o demás celebridades pueden desarrollarlo, un común mortal... también.
Es más, esposas de expresidentes estadounidenses son parte de este grupo, una de ellas es Mary Todd Lincoln, quien gastó toda una fortuna redecorando la Casa Blanca. Ese comportamiento le traía problemas con su esposo.
Jacqueline Kennedy Onassis tuvo sus tiempos de compras compulsivas. Al casarse con el multimillonario griego Aristóteles Onassis, contaba con un presupuesto de 20.000 dólares mensuales para sus gastos, pero siempre le llegaban, a la secretaria del acaudalado, facturas de ‘imprevistos’. “Soy un hombre enormemente adinerado, pero ni siquiera yo comprendo por qué he de pagar 200 pares de zapatos comprados en un mismo día”, publicó La Vanguardia en su sitio web.
Sin embargo, no solo las mujeres la padecen, los hombres también, pero es más notorio en el género femenino. En este listado entra el editor y magnate William Randolph Hearst, quien amaba tanto el arte y las antigüedades que casi llega a la bancarrota en 1930. El sitio web Onda Cero dice que compró varias obras y que no alcanzó a verlas todas.
“No lo puedo evitar. Cuando veo algo que me gusta lo compro en todos los colores y lo acompaño con zapatos de todos los colores, también para hacer juego. Así como también lo hago con las carteras. Si pudiera, iría de compras todos los días. Definitivamente soy una adicta a las compras”, estas palabras la registró el portal Vix y corresponde a la exintegrante de las Space Girls y esposa de David Beckham, quien en el 2010 gastó en un día cerca de 380.000 dólares al adquirir un Rolex, unos zapatos Dolce & Gabanna y unas gafas Versace, así lo reveló La Nación.
La exprincesa del pop admitió que se refugiaba en las compras para superar cualquier depresión. Ella acudía sus tiendas favoritas, Gucci y Armani, para llevarse lo que le apetecía, así lo manifestó la web Psicomaster.
Luego de terminar con su exesposo Tom Cruise, la actriz norteamericana compró 15.000 dólares en lencería, trajes y vestidos elegantes, más 5 pares de zapatos Christian Louboutin, señala el portal Hechos de hoy.
¿Cómo son?
Por lo general el comprador compulsivo esconde una carencia emocional fuerte, la cual no puede ni sabe cómo manejarla. No conoce cómo llenar esa necesidad y recurre a los objetos, también a la comida. Luego siente mucha culpa y se empeora la carga emocional, ya que es una persona con autoestima baja, con tendencia a la depresión, manifiesta la psicóloga Carolina Mosquera.
“La ansiedad, insatisfacción y falta de control son las características principales de quienes padecen oniomanía. La gratificación y la aprobación de los demás también son parte de esta problemática”.
¿Quieres conocer un testimonio de alguien que pudo superar esta adicción? Solo está en cambiar el foco de tu atención.
