Protéjalos del miedo a la pirotecnia
Para muchos la quema de viejos es un espectáculo, pero para algunos niños el bullicio de las 12 de la noche es un suplicio.
Hasta el año pasado, los 31 de diciembre eran una tortura para Alejandro, de siete años. Desde los tres lloraba, temblaba y sus latidos se aceleraban a causa de los petardos de fin de año. Su madre, Taryn, considera que esto se dio porque él es un niño muy pacífico y le gusta la tranquilidad. “Gracias a Dios, conforme va creciendo va perdiendo el miedo. Ahora contempla la quema de monigotes y no sale corriendo asustado”.
La psicóloga clínica Susana Osorno señala que las reacciones se dan conforme al temperamento, carácter y personalidad del infante, y por cómo ha sido criado.
La experta aconseja a los padres que identifiquen qué les da seguridad a sus hijos, y proceder a abrazarlos, motivarlos a que canten, pinten o jueguen, entre otras opciones que los hagan salir de esa atmósfera de angustia, “que se presenta cuando, ante un estímulo externo, la persona crea en su mente una historia que no tiene nada que ver con ese estímulo. En el caso de los niños, suenan los cohetes y sienten que estos les van a hacer daño, por eso lloran, gritan, se desesperan. A partir de los cuatro años empiezan a entender con mayor claridad lo que está ocurriendo, si usted se los explica”.
¿Qué hacer?
- Converse con él previamente y recuérdele que oirá estruendos, pero que allí estarán con él.
- Llegue a acuerdos con el menor, pero respete si decide no salir a ver la quema de monigotes.
- No compre pirotecnia si sabe que le afecta. Evite las que causan grandes detonaciones.
- Haga que el bullicio de las 12 de la noche sea menos percibible. Cúbrale los oídos con tapones o audífonos. También puede bailar con él en ese momento. De esta forma su cuerpo va a estar conectado a otro ritmo, a uno más agradable y feliz. Puede ponerlo a dibujar el recuerdo más lindo del 2019.
- Desvíe su atención y procure que a esa hora juegue con alguien bingo, monopolio, jenga, etc.
- Conviértalo en el protector de su mascota, si la tiene. Que ayude a buscarle un lugar ideal y si lo quiere pueden estar juntos en el estallido. Explíquele que para los canes es complicado, no entienden lo que está pasando.
Identifiquen qué les da seguridad a sus hijos, y procedan a abrazarlos, motivarlos a que canten, pinten o jueguen, entre otras opciones que los hagan salir de esa atmósfera de angustia.
Todas estas técnicas le ayudarán a sus hijos a relajarse mientras ocurre el estallido de las camaretas, pero... ¿qué ocurre con las mascotas? Usted también puede ayudarlos con música.
La campaña contra la pirotecnia une manos
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