Michelle E. Rossignoli, la joven que quiere conquistar el mundo
Actualmente trabaja como guía ártica en Ÿllas, Finlandia,
el empleo de sus sueños
Desde pequeña, Michelle E. Rossignoli sentía que algo le faltaba en su vida. La ecuatoriana-italiana creció en Guayaquil, junto a su madre y su hermano, y aunque su vida familiar era tranquila, ella sabía que su felicidad estaba en los viajes. El simple hecho de subirse a un carro y recorrer el país, incluso destinos cercanos como Milagro, le llenaba de alegría. Pero fue a los 22 años cuando dio el primer paso hacia su sueño: explorar. Su primer destino fue Brasil, una experiencia que vivió junto a un grupo de amigas y que marcó el inicio de su camino por el mundo. Hoy, a los 29 años, ha visitado 39 países y está decidida a completar su lista con el número 40 antes de cumplir tres décadas.
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Después de trabajar en diferentes compañías alrededor del mundo por 7 años como ejecutiva de ventas y especialista en marketing, la hoy residente de Suiza, decidió hacer una pausa y reconectarse con su propósito. En medio de un paseo descubre los glaciares de Islandia. Gracias a esta experiencia en el vecino país nórdico como guía de glaciar, se desempeña en la actualidad como guía ártica en Ÿllas, Laponia Finlandesa, es el resultado de años de esfuerzo y dedicación. Este empleo, que le permite vivir rodeada de la naturaleza, auroras boreales y las maravillas del Ártico fue uno de sus sueños que ahora es una realidad para Michelle. No obstante, su carrera de viajera no ha sido fácil. Consciente de las dificultades económicas que conlleva vivir viajando, ‘Mich’ es responsable con sus finanzas, prioriza sus gastos para continuar con su aventura. A pesar de las tentaciones de la vida moderna, como los tratamientos estéticos y las prendas de diseñador a los que algunas de sus amigas han recurrido, ella optó por cuidar su bienestar y personalidad.
La también ingeniera en gestión empresarial internacional trabajó en varios países, lo que le permitió ganar hasta $ 85.000 en un año. Aunque su dominio del inglés le abrió puertas, se defiende muy bien con el francés y el alemán. Sus habilidades y su actitud positiva le permitieron conocer personas increíbles y adaptarse a diferentes culturas, una experiencia que atesora profundamente. Sin embargo, lo que más valora es el apoyo incondicional de su madre, Gina Rossignoli. “Me saqué la lotería con mi mamá”, expresa con la voz entrecortada de emoción. Los sacrificios de ella son su fortaleza para seguir adelante. Hablan todos los días.
Michelle tiene grandes sueños
En diez años, espera ser paracaidista y haber recorrido al menos 100 países. También anhela formar una familia, aunque no duda en que la aventura y el amor por los viajes siempre estarán en su corazón.
Una triste realidad
A pesar de la difícil situación que atraviesa Ecuador, con la inseguridad y la crisis económica, la joven mantiene una visión optimista. “Hay gente buena en todo el mundo”, asegura.
Michelle es un ejemplo de valentía, pasión y resiliencia. Su vida como viajera no solo es un testimonio de lo que se puede lograr cuando se persigue un sueño, sino también un recordatorio de que, en este mundo, la verdadera riqueza radica en las experiencias vividas y las personas que se conocen en el camino.
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