Mirka Cabrera Mazzini: “Hay camino para las mujeres en la política”
La vicealcaldesa de Machala descubre para SEMANA su lado más personal. Desde su paso por los certámenes de belleza hasta los prejuicios que tuvo que derribar.
A primera vista, Mirka Cabrera impresiona con su distinguida presencia y agradable personalidad. Aquella percepción se confirma cuando empieza a dialogar con SEMANA.
Se muestra elocuente y apasionada por lo que hace, y eso lleva a entender por qué se ha convertido en una referencia para la nueva generación.
Con 27 años, tiene un currículum que resulta difícil de resumir en pocas líneas: es la vicealcaldesa de Machala, se graduó como licenciada en Ciencias de la Educación y está cursando una maestría en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos.
En su primera participación política, en 2019, obtuvo una curul como concejala de la capital orense. Para ese entonces, la exposición mediática no le era ajena: ya había acumulado varias coronas en certámenes de belleza, entre esas la de Miss World 2016.
Mientras avanzaba la mañana del lunes, contestó en poco menos de una hora una serie de preguntas que dejaron conocer la historia personal de una de las mujeres más importantes de esta ciudad conocida como la Capital Mundial del Banano.
De alma competitiva
Los paisajes de Puerto Bolívar deslumbran sus ojos cuando recuerda su infancia. Ahí creció, como parte de una familia dominada por mujeres, que son los pilares de su vida.
A corta edad, Mirka ya brillaba con luz propia. Estudió en la escuela Virgen de Fátima, donde le inculcaron la importancia del servicio y forjaron en ella lo que es hoy. “Desde mis primeros años fui deportista, formaba parte de la selección de básquet y pertenecí al Consejo Estudiantil”, recuerda y, a modo de anécdota, recalca que fue presidenta de los cursos casi todos los años. “Creo que ellos veían en mí alguien en quien confiar. Lo mismo ocurrió en la universidad”.
Era como si todo fuese de la mano. “Vivía trazándome metas y el deporte me dio la disciplina para cumplirlas”. Fueron varias las copas y medallas que obtuvo recorriendo Ecuador y que ahora guarda su abuela, alguien con quien Mirka mantiene una estrecha relación.
En el mundo de los reinados
En su adolescencia, los concursos de belleza ocuparon un lugar importante en su vida. Con apenas 14 años, empezó a acumular coronas. La primera fue como reina de Puerto Bolívar y luego llegaron las de reina de Machala y virreina Mundial del Banano, capítulo Ecuador. Participó también en Miss Ecuador y como Miss World Ecuador en el 2016, gracias al cual representó al país en Estados Unidos.
“Siempre fui muy competitiva y como reina no fue la excepción, me preparé en todo sentido con la ayuda de las mujeres de mi familia”, expresa.
Sin embargo, las experiencias que le fueron dejando esa etapa son las que Mirka guarda. “Estar en los reinados me ayudó a inspirar a las mujeres de mi parroquia. Ahí aprendí a llevar a cabo proyectos sociales y eso me sirvió de base para lo que me encuentro haciendo ahora”, afirma.
La mujer de hoy
Antes de esa transición de los reinados de belleza a la política, estuvo la docencia. “Luego de graduarme de la universidad, fui profesora de gobierno por tres años consecutivos en un colegio de Machala. Hasta que vino la propuesta de ser concejala”, precisa.
En ese entonces, solo tenía 24 años y, como era de esperarse, su incursión en la política vino cargada de prejuicios. “En la etapa de candidata, a algunas personas les molestaba que encabezaara la lista de Concejales. Habían quienes tenían mas años de lucha, de allí su inconformidad. Pero yo también tenía mi trayectoria; quizás no en el partido, pero sí en la vida. Si acaso me miraban mal, eso no influía en mí. No me detuve. Al final se dieron cuenta de mis potenciales”, comenta.
En 2021, con la renuncia del vicealcalde Roberto Cornejo, en sesión, seis ediles del concejo cantonal le dieron su apoyo y fue designada como la nueva vicealcaldesa. Así se cumplió el derecho de la participación de la mujer.
En ese andar, Mirka se convierte en la certeza de que el gremio femenino puede ocupar también un puesto en la política. Aunque cuesta llegar, es posible mantenerse. “Hay camino para las mujeres en la política y, si no hay, lo hacemos. Aunque sea un camino duro, yo pienso seguir en estos roles. Machala es mi casa y eso me motiva”.
La vida en familia
Cuando se trata de salir de la zona de confort, su hogar se vuelve su refugio. “Amo llegar a casa. Soy muy familiar. Me gusta cocinar para mi esposo y conversar sobre cómo estuvo nuestro día”, dice sobre esos detalles que la llenan.
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Leer másSe describe como una buena anfitriona. “Tengo amigas de todos lados y cuando vienen a Machala me dicen ‘Mirka, te voy a ver’, pero ya sé que no puedo dejar de prepararles un plato de acá. Tenemos mucha variedad. Mi preferido es el seco de costilla”, comenta.
No tiene hijos, así que se empeña en el cuidado de cuatros perros que ya son parte de la familia. “Uno es regalado, dos son rescatados y otro es fruto de ese amor”, dice sobre Blue, Bella, Bobby y Blanqui.
También están las plantas, cuyo cuidado le apasiona. Tiene un pequeño huerto al que le dedica tiempo los domingos.
Sobre cómo se mantiene en forma, confiesa que el básquet ya pasó a segundo plano y ahora prefiere ejercitarse practicando natación.